Misioneros, pastores, animadores, arquitectos… No hay una única definición para cuatro sacerdotes salesianos: Italo Spagnolo, Vincenzo Marrone, Vincenzo Gorgone y Gaetano Urso, que fallecieron en estos días, además de ser “verdaderos hijos de Don Bosco”. Porque del Piamonte a África pasando por Sicilia, su labor fue vivir la “gracia de la unidad”, el amor por Dios en el servicio a sus hermanos más pequeños.
El padre Spagnolo y el padre Marrone pertenecían a la Circunscripción Especial de Italia Piamonte y Valle de Aosta (ICP), ambos tenían una experiencia misionera en África de más de 30 años y eran incansables. El padre Spagnolo, en 2014, cuando ya había servido durante tres décadas en varias misiones en África Occidental, «arrebató» el permiso a su médico y superiores para regresar a Nigeria como «encargado» de la nueva presencia salesiana en Ijebu-Ode. Ya tenía 73 años y se estaba recuperando de un tumor.
Como testimonio espiritual podemos recordar estas palabras: “A los 79 años sigo viviendo mi vocación salesiana con alegría y entusiasmo, como al inicio. La vocación salesiana es inclusiva: nos da el sentido de Dios y de trabajar incondicionalmente por su Reino, totalmente gratis; nos da la alegría de tener una comunidad que nos apoya en cada circunstancia; nos ofrece un maravilloso campo de acción: estar y trabajar con los jóvenes y encontrarnos cerca de la gente con el espíritu de Don Bosco es inmensamente gratificante. Nos entregamos, nos sacrificamos, amamos y somos correspondidos”.
Un camino similar fue el del padre Marrone, durante más de 35 años misionero en Nigeria, en donde fue dando su disponibilidad: cuando se puso en marcha el «Proyecto África» y se le confió a la Inspectoría de Piamonte el patrocinio de Nigeria, dijo informalmente al Inspector: “¡Si lo necesitas, cuenta conmigo!”. Tres meses más tarde fue enviado a Irlanda para estudiar inglés y prepararse para la partida.
En Nigeria fue el fundador de casas, escuelas, oratorios, talleres salesianos y un estudiantado de teología. Él también, el pasado mes de marzo, dejó una especie de “testamento espiritual”: “Soy misionero por don de Dios, en una iglesia y una congregación que siempre me han dado amplio espacio y ‘cruces’ si queremos, pero que siempre he amado; proyectos superiores a mí que me tienen y aún me emocionan, porque son proyectos de Dios que es siempre nuevo y que renueva nuestra juventud”.
Sobre el padre Gorgone y el padre Urso, ambos pertenecientes a la Inspectoría de Sicilia (ISI), el Provincial del ISI, padre Giovanni D’Andrea ha dejado un conciso cuanto expresivo recuerdo: «Dos hermanos que a distancia de poco tiempo, volvieron al cielo … Ambos ‘arquitectos’: el primero de las capillas e iglesias de nuestra Inspectoría, el segundo ‘arquitecto’ de la Pastoral Juvenil, y entre los promotores del nacimiento del Movimiento Juvenil Salesiano, hace casi 50 años, y partidario del asociacionismo salesiano. Qué el Señor acoja a estos ‘siervos buenos y fieles’ en la Gloria del Paraíso, desde hoy en compañía de Don Bosco, a quien han seguido durante su vida”.
Fuente: Agenzia Info Salesiana