Ciudad del Vaticano – El Secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el salesiano Mons. Savio Hon Tai-Fai, con motivo de la inauguración del “Año de la Misión en Pakistán” (1° octubre 2011-30 septiembre 2012) envió un mensaje a la Iglesia local.
Es necesario el “respeto a la libertad de religión y de consciencia, que es el signo distintivo de la justicia y de la paz”, reporta el mensaje de Mons. Hon Tai-Fai, publicado por la Agenzia Fides. El arzobispo, se siente “contento de poder compartir el entusiasmo y la renovación del envío misionero para predicar el Evangelio y sembrar la Palabra de Dios en el terreno fértil de muchos corazones”, hace notar que “aunque es una pequeña minoría en una sociedad cuya mayoría es musulmana, la Iglesia en Pakistán vive y se mueve en un cuadro que requiere sensibilidad y gran amor por nuestros hermanos y hermanas musulmanes”.
“Entre pruebas y tribulaciones, vuestra perseverancia en la fe, esperanza y caridad es admirable”, dice el texto, que fue leído en la asamblea de los Obispos, sacerdotes, religiosos y laicos reunidos en Karachi para lanzar la iniciativa del Año de la Misión.
Mons. Savio Hon Tai-Fai cita el XXV aniversario de la Jornada Misión mundial de Oración por la Paz realizada en Asís el 27 de octubre de 1986, recordando que la “Paz, como deseo sincero de todos, se presenta muy frágil en muchas sociedades”. Para defenderla, “dos cosas son de supremamente importantes: el imperativo interior de la consciencia moral, que nos invita a respetar, proteger y promover la vida humana, que es el imperativo que hace superar el egoísmo y el espíritu de venganza. La segunda es la convicción que la paz vaya más allá de los esfuerzos humanos. Así, la fuente y la realización van buscadas en una realidad más allá de todos nosotros”.
El Mensaje prosigue: “Como cristianos, estamos convencidos de la verdad que Cristo es nuestra paz. Así, nosotros predicamos a Cristo y su evangelio, porque con su vida y su muerte nos ha enseñado a amar, servir y hacer la paz entre los individuos y los pueblos”.
Focalizándose sobre el contexto pakistaní, el arzobispo insiste: “el amor cristiano nos empuja al diálogo y a promover relaciones positivas y constructivas con personas y comunidades de otras religiones. Es edificante constatar los esfuerzos enormes hechos en Pakistán, como testimonio el hecho que los cristianos y musulmanes pueden trabajar y caminar juntos en paz”, aunque se espera un “urgente mejoramiento” en tal campo.
El Mensaje concluye asegurando la cercanía en la oración entre la Iglesia universal y la Iglesia Pakistaní y lanza un apelo a los fieles en Pakistán con las palabras pronunciadas por Jesús a los apóstoles: “no tengáis miedo”.
