“Manténganse ardientes en el amor a Cristo y al prójimo”, mencionó el Cardenal Juan Luis Cipriani en la Santa Misa que presidió en el Monasterio de San José, con la presencia de las religiosas de vida contemplativa de la arquidiócesis de Lima, el lunes 31 de mayo, Solemnidad de la Visitación de María y en el marco de las actividades por el I Congreso Eucarístico y Mariano de Lima (CEM 2010).
El Arzobispo de Lima invitó a que el CEM 2010 las impulse a llevar la vida en comunidad, contemplando el espíritu ardiente de la Santísima Virgen María. “Vivir bien la caridad, la vida en comunidad, para ustedes tiene una intensidad especial. Por eso, el Señor quiere que esto sea tema de meditación en este Congreso”, reflexionó.
En otro momento, las exhortó a mantenerse ardientes en el amor a Dios y al prójimo, y a meditar en la trascendencia del silencio y de la vida en clausura que llevan, siguiendo siempre a sus directores espirituales y confesores. “El silencio es el portero de la vida interior. Es muy importante para mantenerse cerca de Dios, del Espíritu Santo y de Jesús. Eviten esos comentarios innecesarios, acompañen a los sacerdotes en sus misiones, recen el Santo Rosario, manténganse al servicio de la presencia de Dios”, prosiguió.
El Pastor de Lima agradeció la presencia y cercanía de cada una de las madres abadesas, prioras y demás religiosas congregadas en el Monasterio de San José, a quienes pidió nunca abandonar a los sacerdotes, religiosos y religiosas, y a seguir el ejemplo de María, mujer contemplativa. “Ustedes son el pulmón de la Iglesia. Por eso necesitamos de su oración, de esa cercanía con Jesús. No nos dejen solos. Recen por nosotros, para que seamos buenos Pastores”, concluyó.
Concelebraron con el Cardenal Cipriani, los tres obispos Auxiliares de Lima, Monseñor Raúl Chau, Monseñor Guillermo Abanto, y Monseñor Adriano Tomasi, OFM., así como el Padre Alfonso Gibu, OFM., Vicario Episcopal para la vida religiosa de la Arquidiócesis de Lima.