(ANS – Río de Janeiro) – La Jornada Mundial de la Juventud está llegando a su punto culminante con la Vigilia de oración y la Misa de clausura en Copacabana, los últimos actos oficiales de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud. La jornada del viernes 26 de julio vio a los jóvenes que participan comprometidos con la última catequesis y en la participación del Viacrucis en el paseo marítimo de Copacabana.
Girar por las calles de Río de Janeiro en estos días es muy interesante. Se encuentran los jóvenes de muchos países; somos testigos del trueque de gorras, camisas, accesorios, banderas e incluso imágenes sagradas (entre las cuales no faltan la de Laura Vicuña y Ceferino Namuncurá). No son raras las escenas de conocimiento que se producen en el transporte público, lugares de descanso y en los largos tiempos de espera para los grandes eventos.
Ayer, gracias a un hermoso día soleado, muchos fueron al Corcovado para visitar el Cristo Resucitado, muchos realizaron el trayecto a pie. También el Rector Mayor, junto con algunos miembros del Consejo General, optaron por esta opción. ¡En estas circunstancias, encontrarse con Don Chávez puede ser interesante!
A menudo jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano, antiguos alumnos, religiosos, periodistas e incluso obispos lo reconocen y se detienen: un saludo cordial, una palabra amable y alegre del Rector Mayor, la solicitud de una foto (que a menudo aumenta en proporción con el tamaño del grupo), de una bendición o, en el caso de los periodistas, de una entrevista.
Pueden ser definidos como momentos del folclore, pero de este encuentro surgen fragmentos de historia que dan fe de cuánto se conoce a Don Bosco y del bien que hacen los Salesianos en las distintas obras del mundo.
Belén Aires, una chica de la obra salesiana de Sucre, Bolivia, participa por primera vez en una JMJ. Después de ver en la playa de Copacabana al Rector Mayor, corrió hacia él diciendo: «Todavía estoy muy emocionada y entusiasmada por la jornada del 24 de julio, cuando conocí a jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano de otras naciones, y le conocí a usted. Estoy feliz de participar en esta JMJ, de encontrar al Papa. Creo que es el mejor regalo que Dios me ha dado hasta ahora».
Gabriel es un ex alumno de la obra salesiana de Sexto San Giovanni, Italia. Conoció a Alessandra en la JMJ de Sydney; a continuación, participaron en la de Madrid como novios y, se casaron hace unos días, están haciendo su luna de miel en sintonía con la JMJ en Río de Janeiro. «La JMJ ha marcado nuestra historia y decidimos venir aquí en estos días. Fue agradable, luego, encontrar en el Cristo de Corcovado, el sucesor de Don Bosco: escuché sobre él mientras yo estaba en la escuela en sexto grado y ahora lo conocí aquí».
Carlos nunca había estado en una obra salesiana, pero sabe de los hijos de Don Bosco porque él es un ávido lector del Boletín Salesiano de Brasil; lo utiliza como subsidio para la animación que realiza en su parroquia de Ji-Paraná, en el estado de Rondônia. Él mismo quiso contárselo al Rector Mayor para luego presentárselo a su amigo César.
Muchos otros estuvieron en grupos junto a sacerdotes y religiosos que, acercándolo, lo saludaron expresándole su estima.
