ANS – Ceferino nació en una familia fuerte y generosa de la tribu de los Indios Araucanos, de la Patagonia. Si la santidad ha sido capaz de prosperar en él, es porque ha encontrado un terreno fértil en la calidad humana de su tierra y de su estirpe. Él reúne en sí los sufrimientos, las angustias y las aspiraciones de los Mapuches, que durante los años de su infancia se encontraban con el Evangelio y se abrían al don de la fe.
Ceferino había elegido como modelo a Domingo Savio – con el que se representa, junto con Don Bosco, también en la basílica Vaticana. Del joven italiano tomó la receta para la santidad que el mismo Don Bosco había formulado a sus jóvenes estudiantes: «Sé siempre alegres; haz bien tus deberes de estudio y de piedad; y ayuda a tus compañeros». Llegó a la cima de la perfección evangélica cumpliendo bien los deberes de cada día, y recuerda a todos nosotros que la santidad no es algo excepcional, reservada a unos pocos elegidos, sino una vocación que compete a todos los cristianos.