Dedicados a la salvación de los jóvenes,
luchando contra todas las formas de pobreza.
Congregación Salesiana del Perú
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Perú celebra con devoción la fiesta de Don Bosco

Lima, 16 de agosto — En una jornada llena de fervor y devoción, la comunidad peruana conmemora la fiesta de Don Bosco, un Santo cuyo legado ha dejado una huella indeleble en el corazón de la sociedad. Las calles del distrito populoso de Breña fueron testigos de una procesión emocionante, llevando consigo la imagen de Don Bosco y su mensaje de amor y servicio hacia los jóvenes.

El inicio de la celebración fue a las 4 de la tarde, por las calles de Breña recorrió la imagen imponente de Don Bosco y donde participaron miembros de la Familia Salesiana, jóvenes, padres de familia y culminó la celebración con la Santa Misa presidida por el P. Juan Pablo Alcas, Inspector. El fervor y la alegría llenaron el ambiente mientras la procesión avanzaba, recordando la vida y legado de Don Bosco.

Breña, un rincón de Lima que ha sido profundamente influenciado por las obras y valores de los Salesianos, recibió esta celebración con los brazos abiertos. La conexión entre Don Bosco y la comunidad es innegable, tanto es así que un parque en honor al Santo de los jóvenes adorna el distrito, sirviendo como un recordatorio constante de la misión y el espíritu del gran educador y guía espiritual.

El Padre Juan Pablo, inspector de los Salesianos en Perú, dirigió unas palabras durante la Santa Misa: “Nos encontramos aquí reunidos para celebrar a Don Bosco, pero ¿por qué? Porque Don Bosco supo discernir y seguir la voz de Dios, dedicando su vida al servicio desinteresado de los jóvenes”. Sus palabras resonaron en el corazón de los presentes, recordándoles la importancia de la escucha atenta y la entrega generosa en favor de las generaciones más jóvenes.

La vida de Don Bosco es un testimonio vivo de dedicación a la educación y formación de los jóvenes, particularmente aquellos en situaciones de vulnerabilidad. Su legado abarca desde la creación desde oratorios hasta centros juveniles, desde escuelas hasta talleres, desde formación a jóvenes hasta celebraciones en Santuarios y parroquias Salesianas, desde las misiones hasta la promoción de valores fundamentales como la bondad, la compasión y la solidaridad. En una sociedad donde la juventud a menudo se enfrenta a desafíos y obstáculos, la figura de Don Bosco sigue siendo un faro de esperanza y orientación.

La fiesta de Don Bosco es más que una simple celebración religiosa; es un recordatorio de la importancia de invertir tiempo y esfuerzo en la formación integral de los jóvenes, brindándoles las herramientas necesarias para enfrentar un mundo en constante cambio. A medida que los peruanos se unen en esta festividad, se renueva el compromiso de seguir el ejemplo de Don Bosco y trabajar incansablemente por el bienestar y el futuro de la juventud, pobre y abandonada.

En la Basílica de María Auxiliadora, el 16 de agosto se teje un mosaico de fe, amor y servicio en honor a un hombre que dedicó su vida a guiar a las generaciones venideras. La figura de Don Bosco sigue iluminando el camino de aquellos que se esfuerzan por construir un mundo mejor a través de la educación y el apoyo incondicional a los jóvenes.

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