(ANS – Roma) – Apenas publicada la Exhortación Apostólica «Evangelii Gaudium» de Papa Francisco ha suscitado un enorme interés en toda la Iglesia y fuera de ella, por sus contenidos y por la frescura expositiva. Le pedimos al Rector Mayor, Don Pascual Chávez, un aporte sobre el tema.
La alegría es una de las características típicas del carisma salesiano, ¿Cómo ha recibido la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium?
La alegría de la que habla el Papa hace referencia a la alegría de la Buena Nueva, la de Dios, que se hace débil más que nosotros, de hecho un niño. Es la manifestación suprema del amor de Dios, que se abaja para ser un hombre como nosotros y así elevarnos a la dignidad de hijos suyos. Solo Dios podía pensar de manera radical un cambio de la mentalidad humana. Es por eso que no podemos no evangelizar, es por eso que debemos sentir en nosotros la urgencia apostólica de comunicar a los demás, especialmente a los jóvenes, la alegría y la belleza de la fe que da significado, esperanza y futuro para nuestras vidas y para nuestro compromiso en la colaboración de la construcción de un mundo mejor para todos, especialmente para los más pobres, necesitados y marginados.
¿Y qué le llamó la atención en particular de este texto?
Es un documento excepcional, emitido no por casualidad al final del año de la Fe que Benedicto XVI ha querido recordar al Concilio que providencialmente renueva la Iglesia. Nace del corazón de Francisco, obispo de Roma, fruto de una experiencia pastoral en primera línea y de su extensa meditación sobre la urgencia de anunciar el Evangelio al mundo de hoy.
En perfecta armonía con los contenidos de sus discursos y con su estilo tan personal, el Papa Francisco dice que él no tenía la intención de escribir un tratado teórico, sino de mostrar las implicaciones prácticas de los temas importantes tratados en el texto. El objetivo es muy claro: ayudar a definir un determinado estilo de evangelizador para asumirlo en cualquier actividad que se realice.
En gran armonía con la incomparable Exhortación «Evangelii Nuntiandi» de Pablo VI, evoca desde el título mismo, y tal vez dejando incluso hablar el corazón; el nuevo texto es una carta magna para la Iglesia de hoy, con un sentido programático y consecuencias fundamentales, porque no es posible dejar las cosas como están y debe constituirse en un estado permanente de conversión y misión.
Y a la Congregación Salesiana, en concreto, qué comunica la Evangelii Gaudium?
Creo que esta Exhortación Apostólica del Papa Francisco nos pone en una atmósfera del Capítulo General, que será necesariamente y providencialmente iluminado por este texto programático. Nos presenta una visión de cómo la Iglesia debe ser: sin miedo al mundo moderno, buscando nuevas formas de predicar el Evangelio, más misionera, más misericordiosa, más valiente para hacer todos los cambios necesarios.
Una Iglesia que supere el miedo de salir de sus propias estructuras y de perder sus falsas seguridades, que al final nos hacen más rígidos y evangelizadores menos eficaces. Una Iglesia que sabe denunciar un modelo económico que hace del dinero un ídolo, que genera exclusión social y crea una cultura de rechazo y de indiferencia. Una Iglesia, por tanto, que tiene una especial predilección por los pobres y un fuerte compromiso con la justicia social y la paz.
Me permito en este punto pedirles leer, estudiar y dar a conocer esta Exhortación, «la alegría del Evangelio», hacerla objeto de oración, dejar que caliente el corazón y, sobre todo, que nos ponga en camino llenos de alegría que para llevar el mensaje a los jóvenes.