Los misioneros salesianos en Sierra Leona, gracias a la ayuda llegada de todo el mundo, han reformado una escuela transformándola en un peculiar orfanato. Y es que al tratar con niños libres de ébola pero que han estado en contacto con infectados del ébola, las medidas de precaución e higiene son extremadamente estrictas, ya que un fallo o un descuido pueden resultar fatales para los menores y para quienes los atienden.
Los chicos que llegan al centro salesiano están solos porque el ébola les ha quitado todo. Padres, madres y hermanos han muerto por este virus, aunque el objetivo de los salesianos es que se reintegren con su familia extendida, es decir que sus tíos o abuelos se hagan cargo de ellos. La epidemia ha dejado ya 9.365 fallecidos y hay contabilizados 23.218 casos. En Sierra Leona hay más de 3.400 fallecidos y 9.000 casos.
Es el relato que realiza el padre Jorge Crisafulli, misionero salesiano que lleva más de 20 años en África e Inspector de los Salesianos en los países de habla inglesa de África Occidental, que refleja la periodista Blanca Ruiz en ACI Prensa.
«Tenemos trabajadores sociales y voluntarios locales, que cuando se comprueba que un niño está sano viajan al pueblo del que procede para encontrar a algún miembro de su familia extendida, afín de volver con ellos», asegura Crisafulli.
«Debemos trabajar unidos contra las raíces de la pobreza, que son la ignorancia, la falta de educación, la corrupción. Abramos los ojos y los oídos. Sintámonos corresponsables», sostiene Jorge Crisafulli, salesiano superior de la Congregación en los países anglófonos de África occidental.
Sin embargo esto no es siempre posible, bien porque no queda nadie vivo o porque sus familiares no quieren hacerse cargo del niño. Uno de los problemas graves descubiertos recientemente es que hay veces que la familia extendida no quiere acogerlos porque quieren quedarse con las tierras de los padres que han muerto y que le corresponde al niño por único superviviente: «Lo rechazan, dicen que es brujo y que por su culpa murió toda la familia y así se quedan con las tierras del chico. Por eso hemos contratado algunos abogados para que se hagan cargo de estos problemas y así los niños tengan un futuro», comenta el misionero salesiano.
El superior de los Salesianos en Sierra Leona, Liberia, Ghana y Nigeria también destaca la formación que reciben los menores en el centro, ya que a través de la música, la danza y el ocio van superando su trágica situación, e incluso han iniciado una actividad agrícola para fomentar su responsabilidad.
Fuente: Misiones Salesianas