El Santo Padre se encontró en la tarde de esta tercera jornada del viaje con representantes de la sociedad del sector de la cultura, de la economía, del voluntariado, y de pueblos indígenas amazónicos, entre otros.
Con su particular humor, el Papa y ya con las llaves de la ciudad, que momentos antes le había entregado el alcalde, aseguró que ya podía decir que en San Francisco de Quito se sentía “en casa”. El Papa Bergoglio afirmó que la sociedad gana cuando cada grupo social se siente “verdaderamente en casa” y sin embargo “muchas veces se basa en la confrontación, en el descarte”. En este sentido recordó que el amor de los padres ayuda a los niños a entender que hay que compartir lo que se tiene, les “ayuda a salir de su egoísmo para que aprendan a convivir con los demás”.
Hablando de los recursos naturales de Ecuador explicó que no se debe buscar el beneficio inmediato, y que ser administradores de ellos nos compromete con la sociedad en su conjunto y con las futuras generaciones. Añadió que todos los cambios que se están viviendo en este país, y en otros de Latinoamérica, tienen que dar la esperanza de un futuro mejor con oportunidades reales a los ciudadanos.
Concluyó el Obispo de Roma diciendo que el respeto del otro que se aprende en la familia se traduce en el ámbito social en la subsidiariedad.
(MZ-RV)