(ANS – San Francisco) – “Hay un gran entusiasmo en nuestro país, al mirar y seguir al Papa Francisco en estos días de viaje a los Estados Unidos”, escribe don Ted Montemayor, Inspector de los Estados Unidos Oeste, comentando en su “InTouch” (En contacto) – la carta circular semanal inspectorial – el último viaje apostólico del Papa. A continuación, la reflexión del Inspector.
Esta mañana (24 septiembre NdT- Hora del Norte) he visto una parte de su épico discurso al encuentro conjunto del Congreso. Se podía ver a tantos políticos que a veces parecen tan decididos a crear división, facciones, muros y campos con vencedores y vencidos, excitados por las palabras y por el mensaje diálogo, de unidad y de misericordia del Papa Francisco.
Hay mucho a meditar en las palabras y gestos de nuestro Papa. Uno de los mensajes que ha llegado con fuerza y claridad es el del diálogo. El Santo Padre ha manifestado su aprecio por nuestra rica y bella tradición de Americanos..
Ha recordado como nuestro país ha tenido una historia bien fundada de apertura a las otras culturas y a los inmigrantes. El Papa Francisco ha animado a los obispos americanos a promover la cultura del encuentro, evitando el “lenguaje áspero y dividido”, sino más bien animándoles al diálogo auténtico en la confrontación con los “desafiantes temas de nuestro tiempo”.
Animo a cada uno de nosotros a promover esta cultura del encuentro. Vivimos en un mundo que ve en blanco y negro, justo y equivocado, los de dentro y los de fuera. Como salesianos estamos llamados a crear comunidad de diálogo. Debemos evitar el lenguaje que divide, que hace llorar y que hiere a los demás.
Con demasiada frecuencia hemos asistido a todo esto en nuestras comunidades religiosas. Sigamos al Pastor de la misericordia, al Dios del amor y a aquel que ha personificado el perdón y la curación del Padre Misericordioso. No siempre es fácil y la vida puede resultarnos complicada, pero no se trata de certezas o de ser justos. No se trata de tener todas las respuestas dejando poco o ningún espacio para la discusión y el diálogo.
Nuestra espiritualidad es aquella que crea la familia, que crea una casa en la que todos se sienten acogidos y amados; donde todos pertenecen y enriquecen el mundo con los dones que Dios les ha dado. Este es un gran desafío, pero no debemos jamás cansarnos de promover este espíritu. Estoy muy agradecido al Papa Francisco por guiar el camino que conduce a este ambiente y por estimularnos constantemente a ser mejores…¡a dar lo mejor de nosotros mismos!
Publicado el 29/09/2015
