La Familia Salesiana del Rímac le brindó a San Juan Bosco, por su Fiesta, un cálido y merecido homenaje. Alumbrando con su amor por donde pasaba, la imagen del fundador de los Salesianos, recorrió las principales calles del distrito bajopontino, donde niños y jóvenes fueron los más emocionados y agradecidos con la figura que significa para ellos Don Bosco.
La apertura de la celebración inició con la misa central, que fue presidida por el sacerdote diocesano Luis Eduardo Ayala Falla, Vicario Episcopal de las Vicarías I – II de las Arquidiócesis de Lima y concelebrada por el director de la Obra del Rímac, Luis Berroa SDB y salesianos religiosos.
Durante la homilía, el P. Luis Eduardo Ayala se dirigió al publicó y mencionó que la vida de Don Bosco se puede resumir en cuatro palabras: casa, escuela, oratorio y amor. Ese es el sello característico de Don Bosco, sello que sigue y seguirá vivo entre niños y jóvenes. Por otro lado, destacó también en la figura de Juanito la presencia que tuvo con los jóvenes del oratorio, con los más necesitados. Finalmente dejó un mensaje para niños, jóvenes, padres de familia: “es necesario hoy en día hacer viva la presencia de Don Bosco en la sociedad”
Al finalizar la eucaristía, el sacerdote Luis Berroa SDB, recibió una condecoración de parte del alcalde del Rímac, Enrique Peramás, por la valiosa presencia de Don Bosco y los Salesianos en el distrito, sobre todos a favor de los niños y jóvenes. Posteriormente, toda la familia salesiana se reunió en el patio central del oratorio para dar inicio a la procesión. En el recorrido participaron padres de familia y exalumnos salesianos, quienes llevaban en hombros la imagen de Don Bosco.
Por las calles del Rímac se sentía la presencia del santo de los jóvenes. Las familias salían a la puerta de sus casas y también se unían a la Fiesta.
Una vez terminado el recorrido, retornaron al oratorio donde la celebración culminó con, música, fuegos artificiales y una “tallarinada”.
Fecha de la noticia : 1 de febrero 2017