Gran parte del humilde barrio de Kuwinda, en la capital de Kenia, quedó el sábado por la noche reducido a cenizas al propagarse un voraz incendio que se extendió rápidamente entre las viviendas construidas de madera. Cientos de personas han perdido todo y una mujer discapacitada no pudo ser rescatada de su casa y falleció. Los Salesianos quieren dar una respuesta cuanto antes a las decenas de menores que se han quedado sin escuela y a sus familias para que puedan tener lo necesario para vivir.
Un repentino y voraz incendio redujo a cenizas el pasado sábado por la noche casi todo el humilde barrio de Kuwinda, donde los Salesianos tienen una parroquia y una escuela de Primaria.
Los primeros indicios apuntan a una vela en una de las humildes viviendas de madera como causa del desastre. El incendio se propagó rápidamente de casa en casa acelerado por las bombonas de gas del interior de las casas que propagaron el fuego con mayor velocidad e hicieron imposible su extinción.
El fuego sorprendió a una anciana discapacitada que no pudo ser rescatada y falleció en el incendio.
La iglesia de la Divina Misericordia que atienden los Salesianos también fue presa de las llamas. El fuego destruyó todo, desde la primera piedra hasta la chapa de aluminio del techo. Por otro lado, todos los niños de la escuela Primaria que proceden de la favela no han podido volver a asistir a la escuela porque sus uniformes escolares y libros quedaron hechos cenizas.
“La noche del incendio fue imposible hacer nada por apagarlo”, según cuentan los misioneros salesianos. A la mañana siguiente, todo el barrio trataba de consolarse tratando de ver la respuesta inmediata, especialmente para los niños.
Desde MISIONES SALESIANAS ya se ha comprometido el envío de ayuda económica urgente para que los Salesianos puedan dar respuesta a las necesidades que tiene la población de la parroquia.
Fuente: Misiones Salesianas