Desde sus inicios, la misión salesiana en Egipto se ha dedicado al desarrollo de las capacidades humanas y profesionales de los jóvenes, en particular de aquellos con menos recursos y económicamente marginados. La igualdad en el acceso y la calidad de la educación se garantizan a todos con el objetivo de fomentar las oportunidades de empleo de los jóvenes en el comercio técnico.
El Cairo y Alejandría representan los principales centros urbanos de Egipto. Con más del 23,6% de la población menor de 30 años, la mitad de ellos viven bajo el umbral de la pobreza, mientras que un tercio de ellos no trabaja en la actualidad.
El número de jóvenes y sus familias que sufren dificultades económicas se encuentra notablemente en aumento durante los últimos años debido a muchos factores como la ‘primavera árabe’ y la caída de la moneda nacional egipcia en 2016 como consecuencia de la decisión del gobierno de iniciar una nueva vía financiera basada en la fluctuación cambiaria.
El Sistema Preventivo de Don Bosco ha sido aplicado prestando particular atención a los factores multiculturales y multirreligiosos que caracterizan el contexto de Oriente Medio. Los jóvenes que abandonan el país aumentan cada año, lo que refleja la ausencia de oportunidades de trabajo decente.
Los institutos de Don Bosco y sus centros juveniles representan un espacio seguro y protegido. Además de las actividades escolares y educativas, los institutos ofrecen una variedad de oportunidades de ocio y deporte a los cristianos, una minoría cada vez más vulnerable y víctima de los recientes ataques terroristas, pero también a los niños musulmanes.
En tales contextos no hay lugar para la discriminación religiosa y los institutos salesianos se centran en ayudar y promover el desarrollo humano de los niños y jóvenes independientemente de sus creencias o ascendencia familiar.