(ANS – Roma) – Como todos los años se conmemora el 6 de abril el “Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz”. No cabe duda que este día se convierte en un reto para la humanidad, muy cercanos al mundial de futbol en Rusia y frente a una situación diplomática en la que se ven involucrados muchos paises. No cabe duda que hoy más que nunca el deporte debe ser instrumento de desarrollo y de paz en nuestro mundo tan convulsionado. Para los salesianos, el deporte se convierte en el motor de nuestra tarea educativa.
Si bien en los tiempos de Don Bosco el deporte no era parte de la cultura del tiempo, el patio era el lugar esencial para estar con los jóvenes y educar a los jóvenes. “El patio fue un elemento esencial en su sistema educativo – escribía J.J. Palacios – porque en este ámbito físico se desarrolla el juego y la alegría, se refuerza la actividad física, se entablan relaciones de amistad entre iguales, se manifiestan niños y jóvenes con espontaneidad, se consolidad las relaciones entre educador y educando…”
Debido a su gran alcance, popularidad sin parangón y los valores positivos sobre los que se funda, el deporte ocupa un lugar privilegiado para contribuir a los objetivos de desarrollo y paz de las Naciones Unidas.
En la Declaración de la Agenda 2030 para un Desarrollo Sostenible se reconoce aún más el papel del deporte en el progreso social: “El deporte es también un facilitador importante del desarrollo sostenible. Reconocemos la creciente contribución del deporte al desarrollo y a la paz en cuánto a su promoción de la tolerancia y el respeto y los que aporta al empoderamiento de las mujeres y los jóvenes, tanto a nivel individual como comunitario, así como a la salud, la educación y la inclusión social”.
La Asamblea General declaró el 6 de abril el Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz para concienciar acerca del papel que el deporte puede desempeñar en la promoción de los derechos humanos y el desarrollo económico y social.
Dentro de la cultura educativa se decía: ‘si desea conocer y educar al joven, conócelos en el patio y el comedor’. Son los lugares donde los jóvenes se manifiestan como son y son los lugares donde se puede intervenir pedagógicamente para que se eduquen en la capacidad de sacrificio, trabajo, espíritu de superación, la búsqueda de soluciones, la aceptación de unas reglas, el respeto, el acato de la autoridad, el sentimiento de formar parte de un equipo y el aprendizaje de aceptar la derrota, el fracaso…
No creo que exista un niño o un muchacho que no ame el deporte.
