“Lamentablemente, las actitudes antisemitas siguen presentes hoy en día. Como he dicho muchas veces, un cristiano no puede ser antisemita. Nuestras raíces son comunes. Sería una contradicción entre la fe y la vida. Juntos, sin embargo, estamos llamados a trabajar para asegurar que el antisemitismo sea prohibido en la comunidad humana”, lo dijo el Papa Francisco a los miembros de la Delegación de Rabinos, de los “Judíos de las montañas” del Cáucaso, o también conocidos como Juhuri, a quienes recibió en Audiencia en la Sala de los Papas del Vaticano.
Sin una memoria viva no habrá futuro
En su discurso, el Santo Padre saludó a los delegados del Congreso Mundial de Judíos de la Montaña, provenientes de diferentes países. “La última vez que he encontrado a una comunidad judía ha sido en Lituania, el pasado 23 de septiembre – recordó el Pontífice – era un día dedicado a la conmemoración de la Shoa, setenta y cinco años después de la destrucción del gueto de Vilna y el asesinato de miles de judíos. He orado ante el monumento a las víctimas del Holocausto y le pedí al Altísimo que consolara a su pueblo. Conmemorar el Holocausto es necesario – puntualizó el Papa – para que quede una memoria viva del pasado. Sin una memoria viva no habrá futuro porque, si no aprendemos de las páginas más negras de la historia a no caer en los mismos errores, la dignidad humana seguirá siendo letra muerta”.
La libertad religiosa es un bien supremo
Pensando en la Shoa, señaló el Papa Francisco, me gustaría conmemorar dos trágicos acontecimientos más: “El pasado 16 de octubre se recordaba otro setenta y cinco dramático: el del rastrillaje del gueto de Roma. Y dentro de pocos días, el 9 de noviembre, se cumplirán ochenta años de la llamada ‘noche de los cristales rotos’, cuando se destruyeron muchos lugares de culto judíos, también con la intención de erradicar lo que en el corazón del hombre y de un pueblo es absolutamente inviolable: la presencia del Creador. Cuando se ha querido sustituir al Buen Dios con la idolatría del poder y la ideología del odio – puntualizó el Santo Padre – se llega a la locura de exterminar a las creaturas. Por lo tanto, la libertad religiosa es un bien supremo que hay que proteger, un derecho humano fundamental, un baluarte contra las reivindicaciones totalitarias”.
Antisemitismo, una contradicción entre la fe y la vida
Volviendo su mirada al mundo actual, el Papa Francisco evidenció que, lamentablemente las actitudes antisemitas siguen presentes hoy en día. “Como he dicho muchas veces – precisó el Pontífice – un cristiano no puede ser antisemita. Nuestras raíces son comunes. Sería una contradicción entre la fe y la vida. Juntos, sin embargo, estamos llamados a trabajar para asegurar que el antisemitismo sea prohibido en la comunidad humana”. Siempre he querido subrayar la importancia de la amistad entre judíos y católicos, precisó el Papa, y esto se fundamenta en una fraternidad enraizada en la historia de la salvación, y se concreta en la atención mutua. “Con vosotros quiero dar gracias al Dador de todo bien por el don de nuestra amistad – agregó el Pontífice – impulso y motor de diálogo entre nosotros. Es un diálogo que en este tiempo estamos llamados a promover y expandir a nivel interreligioso, por el bien de la humanidad”.
El diálogo crea armonía entre las religiones
En este sentido, alentó el Papa Francisco, quisiera recordarles el hermoso encuentro interreligioso de hace dos años atrás en Azerbaiyán, donde me di cuenta de la armonía que las religiones pueden crear “a partir de las relaciones personales y de la buena voluntad de los responsables”. Ahí está el camino. “Dialogar con los demás y orar por todos: estos son nuestros medios para convertir las lanzas en guadañas, para hacer surgir el amor donde hay odio y el perdón donde hay ofensa, para no cansarnos de implorar y seguir caminos de paz. Sí, porque hoy – afirmó el Papa – no es el momento de las soluciones violentas y abruptas, sino el momento urgente de emprender procesos pacientes de reconciliación”.
Pido al Todopoderoso que bendiga nuestro camino de amistad y confianza, invocó el Papa Francisco, para que podamos vivir siempre en paz y, dondequiera que estemos, podamos ser artesanos y constructores de paz. ¡Shalom Alechem!
Fuente: Vatican News3