Cusco, la antigua capital imperial de los Inca, a 3.300 metros sobre el nivel del mar, alberga un Colegio Salesiano con más de 1300 alumnos, muy apreciado por los lugareños. Cusco es la ciudad más cercana a otra obra simbólica y misionera: la “Escuela Agrícola Salesiana” de Monte Salvado, que dista a unas 6 horas en una carretera que pasa por en medio de las montañas y llega a la selva donde se encuentra la obra salesiana misionera.
La obra se ubica en una región a unos 1.100 metros sobre el nivel del mar, cerca de ríos. Sno todas cultivadas debido a que algunas zonas se extienden en laderas demasiado empinadas.
Los doscientos muchachos y muchachas que asisten a la escuela hijos de campesinos, gente pobre que vive aislada. Los llevan a sus hijos a la única escuela secundaria de la zona y, por lo tanto, la mitad de los estudiantes viven en los dos colegios adscritos a la escuela.
Hay un verdadero ambiente familiar entre los chicos y chicas. Están en contacto con la naturaleza y los animales y aprenden a transformar los productos de la tierra aprendiendo los valores de la paciencia y la dedicación continua para ver los resultados de su trabajo. Producen excelentes mermeladas y sabrosos jugos de fruta, cultivan el café, el cacao y las hortalizas. Crías pollos, conejos, vacas y cerdos y el hábitat en el que estudian.
No faltan los desafíos para los Salesianos de Don Bosco que tienen que gestionar absolutamente todo para llevar adelante un trabajo que beneficia a los más desfavorecidos. El primero es el educativo, porque no es fácil encontrar profesores que acepten renunciar a las comodidades de la ciudad y permanecer en la zona.
El segundo desafío es económico. Muchas familias de los estudiantes son muy pobres y no pueden pagar las cuotas de asistencia a la escuela y menos la del internado de sus hijos. Por esta razón, la escuela agrícola vende animales y productos de la tierra, en busca de rentabilidad económica y de subsistencia. Pero no es fácil vender los productos cuando las distancias a la ciudad son inaccesibles y costosas. Se produce la naranja, el café, el cacao, pero el transporte alza los precios y se hace inaccesible la venta de los productos de la “Escuela Agrícola Salesiana” de Monte Salvado.
El tercer desafío es tecnológico. La escuela está tan aislada que incluso no ha llegado la electricidad. Los Salesianos han construido una pequeña central hidroeléctrica que aprovecha el agua del arroyo cercano, pero cuando el agua escasea en la estación seca, el problema energético se agrava.
El futuro de esta escuela es difícil y los desafíos son muchos, pero el trabajo de la Obra Salesiana en Monte Salvado es Salesianamente significativa. Es precisamente por estos muchachos pobres y abandonados que Don Bosco y actualmente sus salesianos entregan su vida.
Los salesianos que trabajan en esta zona del Perú profundo siguen confiando en la Providencia, siguen creyendo en el trabajo misionero en el Valle de los Incas, y siguen trabajando a pesar de las muchas dificultades, con la única finalidad de formar “buenos cristianos y honrados ciudadanos”.
Fuente: Agencia de Noticias Salesianas