“Es el momento de la confianza y de la unidad como pueblo en el constituirnos como muralla de resistencia pacífica delante de quienes quieren sitiarnos y hacernos perder la confianza en Dios”, lo dijo Mons. Víctor Hugo Basabe, Obispo de San Felipe y Administrador Apostólico de Barquisimeto, al presidir el martes 14 de enero la Santa Misa en la Basílica Menor Santa Rosa de Lima, con la que inició la peregrinación 164° de la Divina Pastora a la ciudad de Barquisimeto.
Hoy la antigua Betulia es toda Venezuela: un pueblo sitiado, un pueblo al que se le quiere reducir a la postración, negándole lo más básico para su vida. Con este paralelismo el Obispo de San Felipe y Administrador Apostólico de Barquisimeto Mons. Víctor Hugo Basabe, en su homilía con ocasión de la 164 Peregrinación de la Divina Pastora se refirió a las apremiantes condiciones en las que vive el pueblo venezolano al cual, “se le quiere controlar socialmente”.
En su homilía el prelado describe las diversas situaciones que se viven en el país, que está “sitiado por una violencia institucional que persigue, que encarcela, que destierra a quien disiente del status quo y promueve cambios en la dirección del país”, y que obliga a muchos a “buscar nuevos caminos” para garantizar “su sobrevivencia y la de los suyos”.
No se imponga la desesperación, el odio ni la resignación
Monseñor Basabe invita a que no se imponga “ni la desesperanza, ni la desesperación, ni la resignación”, ni tampoco “el odio”, que es “sentimiento contrario al amor en el que Cristo nos llama a vivir”. Es tiempo de “ofrecer a Dios la promesa de nuestra fidelidad y confianza en que Él vendrá en nuestro auxilio asumiendo también nosotros el compromiso personal y comunitario en hacer vida en nosotros sus mandamientos”.
Que María Divina Pastora – concluye – nos acompañe en nuestro empeño de doblegar a los nuevos Holofernes que en Venezuela pretenden sumirnos en la oscuridad y oprobio. Que María interceda por nosotros ante su Hijo a fin que pronto veamos a Venezuela transitar los caminos de la auténtica paz, la auténtica democracia y la verdadera libertad.
Fuente: Vatican News