En un clima de alegría y gratitud se inició, con una Solemne Eucaristía, la apertura de las celebraciones del Año Jubilar de la Basílica de María Auxiliadora de Lima, patrimonio cultural e histórico de la ciudad de Lima. La ceremonia fue presidida por monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de Lima, y concelebrada por los algunos Salesianos de Don Bosco, entre ellos el Vicario Inspectorial, Humberto Chávez sdb y padre Santo Dal Ben Lava, Párroco de María Auxiliadora.
Fue una ceremonia emotiva, cargada de amor y agradecimiento a todas las personas que construyeron esta belleza arquitectónica. Monseñor Carlos Castillo con nostalgia y reflexión hizo una breve remembranza histórica del contexto el que nació la Basílica de María Auxiliadora. “Por aquellos años, la Congregación Salesiana supo colocarse en medios de los escondidos, pues se acordaron de los pobres con la construcción de esta perla preciosa”, manifestó.
En otro momento de la homilía, el Arzobispo de Lima, destacó la importancia de este templo mariano. “Esta perla preciosa se transforma en irradiación y acogida de las personas que más necesitan. Es un templo que representa a Cristo que se levanta en medio de nuestra ciudad”
Sus palabras finales fueron “que Dios bendiga a los Salesianos y el ejemplo que han dado, que María siga siendo su auxilio y que sea un año jubilar de oración y de compartir”
Reconociendo su importancia histórica, artística y espiritual, la Santa Sede, mediante un documento emitido en Roma, ha concedido la indulgencia plenaria a quienes visiten este santuario mariano a lo largo del Año Jubilar por su centenario, que culmina el 30 de julio de 2021.
Nuestra historia
Fue inaugurada como “Homenaje nacional por el centenario de la independencia del Perú” el 30 de julio de 1921, ante las principales autoridades civiles y eclesiásticas del país. Sus planos fueron elaborados por el arquitecto italiano Ernesto Vespignani y el principal promotor de su construcción fue el sacerdote salesiano Carlos Pane. En 1962 el Papa Juan XXIII le concedió el título pontificio de Basílica Menor, siendo el único templo basilical del Perú construido durante la República.
Su diseño con una gran torre central innovó la arquitectura religiosa local, cuyo paradigma desde el Virreinato era el frontis con una portada retablo escoltada por dos torres. Desde entonces se constituyó en modelo de otros templos construidos en Lima durante la primera mitad del siglo XX.
Su torre de casi 60 metros de altura fue la estructura más alta de la capital de la República hasta 1956 en que se construyó el edificio del antiguo Ministerio de Educación en el Parque Universitario. Su órgano, fabricado por la casa Tamburini, es actualmente el más grande en funcionamiento en el país. Además, la Basílica de María Auxiliadora es el principal repositorio de arte eclesiástico del siglo XX existente en Lima, con obras de destacados artistas nacionales y europeos, constituyendo un completo catálogo de la fe del pueblo peruano hecha arte en su segundo siglo de vida independiente (1921-2021).
