El mes de octubre, mes misionero, trae en sí el germen de la reciprocidad, del acto espontáneo del donarle al otro, al hermano en dificultad. Para la Procura Misionera Salesiana de Turín, “Missioni Don Bosco” octubre es un período en el que se celebra la importancia de estar unidos como cristianos, en nombre de la solidaridad y de la hermandad. El Papa sobre este tema ha apenas firmado el documento sobre la amistad social y la fraternidad, y con esta tercera encíclica ‘Fratelli Tutti ‘, el Pontífice quiere dar un mensaje fuerte en este momento histórico marcado por una crisis socio-económica y ecológica a la que se suma aquella sanitaria debido al coronavirus.
Junto a los salesianos de Valdocco, la Procura Misionera Salesiana quiere recordar la importancia de sentirse unidos en la fraternidad y de vivirla también con acciones concretas, de apoyo al prójimo que invoca ayuda: “Celebremos juntos la Jornada Misionera Salesiana que se inspira en los principios de la Jornada Misionera Mundial, que se subraya el camino misionero de toda la Iglesia, que prosigue en la luz de la Palabra que encontramos en la narración de la vocación del profeta Isaías «Aquí estoy, envíame» (Is6,8). Es la respuesta siempre nueva a la pregunta del Señor: «¿A quién enviaré?». Esta llamada proviene del corazón de Dios, de su misericordia que interpela sea a la Iglesia que a la humanidad, en la actual crisis mundial”, afirman en la ciudad de Turín los responsables de la Procura Misionera.
“Nosotros como salesianos – aseveran – añadimos nuestro carisma, la fuerza de nuestro mandato misionero, para reiterar el valor precioso que tiene la acción de tejer telas de fraternidad en cada ámbito misionero, en cada país en desventaja. Nuestro mensaje para la Jornada Misionera Salesiana de este años se inspira en un párrafo de la Carta de San Pablo a los Filipenses, que expresa bien la alegría del Oratorio:‘Alégrense siempre en el Señor; se los repito nuevamente, ALÉGRENSE’ (Fil 4,4) porque la fuerza de la acción misionera tiene que partir del oratorio, de los centros juveniles, como impulso de vida nueva y compartida, junto a la escuela y a la formación profesional”.
Este mensaje lleno de gozo, que se conjuga con la fuerza educativa y evangelizadora de la la presencia salesiana, se traduce así en ayuda concreta en cada lugar del mundo.
La obra vital de los misioneros de Don Bosco en Etiopía, Congo, Sierra Leona, India, Myanmar, Brasil, Perú, Guatemala, Venezuela… necesita hoy más que nunca de apoyo: los misioneros están luchando para permitir la supervivencia de poblaciones ya marcadas por el hambre y las dificultades higiénico sanitarias, situaciones que se han agravado aún más con el covid-19 y por el aumento del precio de los alimentos y de los bienes primarios.
Como Don Bosco, también los salesianos de hoy repiten: “Dios bendiga y recompense a todos nuestros benefactores”, personas que abrazan la fraternidad universal y se vuelven portadores de vida.
Fuente: Agenzia Info Ans