“La Congregación de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada celebra una novena de oración por la liberación de la hermana Gloria Cecilia Narváez. El 7 de febrero se cumplieron cuatro años de su secuestro en Malí. Lamentablemente, hasta ahora los esfuerzos para su liberación no han tenido éxito”, fueron las declaraciones de la hermana Noemí Quesada, ex Superiora General de la Congregación de Sor Gloria, a la Agencia Fides, que en vísperas del cuarto aniversario del secuestro lanza este llamamiento: «Pedimos urgentemente a los secuestradores que la liberen cuanto antes, porque no está bien de salud. La hermana Gloria está sufriendo mucho, al igual que la Congregación y su familia. Que Dios, que es el Padre de todos, nos ayude en esta petición. En nuestro dolor nos sentimos impotentes ante este secuestro sin precedentes, y pedimos a la comunidad cristiana sus oraciones y a la comunidad internacional que no olviden que en el secuestro de una persona se apodera una parte de nuestra humanidad».
Una misionera con cualidades educativas
«Conocí a la hermana Gloria Cecilia Narváez cuando comenzó su vida religiosa – cuenta la hermana Noemí – desde muy joven demostró sus cualidades como educadora y como tal se preparó para servir en este campo. Han sido muchas las instituciones educativas en las que ha trabajado. El Colegio de Samaniego, en el sur de Colombia fue el último instituto en el que fue Directora, luego dio sus primeros pasos como misionera en el sur de México, en Apatzingán, Michoacán. Tras una preparación especial, fue enviada a Boukoumbé, Benín, África, siempre como educadora. Seis años le bastaron para quedar profundamente encantada con África y de su gente. La Congregación la envió entonces como responsable del trabajo en Karangasso, Malí. Allí acompañó a las hermanas de su comunidad que realizan su servicio misionero en el centro de salud, en un hogar para niños huérfanos, en un centro de promoción de la mujer, que incluye un proyecto de alfabetización para 700 mujeres de los pueblos, y en la catequesis de los niños y jóvenes de la zona».
Opción por los pobres y descartados
Sor Noemí describe la figura de la misionera secuestrada en unas líneas: «Su amor a las hermanas, su sencillez y cordialidad en las relaciones, su espiritualidad y vida de oración, la convierten en una persona muy cercana a Dios y a la gente. Esto la llevó a comprometerse cada vez más con los pobres, obligándola a buscar con creatividad nuevas soluciones a las situaciones más urgentes de las personas que se presentaban». El último acto heroico de generosidad y amor fue cuando la secuestraron, como cuenta la hermana Noemí: «Cuando los secuestradores detuvieron a una de las hermanas de la comunidad, ella salió de su escondite y les dijo: Soy la mayor, la responsable, déjenla ir. Entonces los secuestradores liberaron a la monja y se llevaron a la hermana Gloria».
Los hechos del secuestro de la religiosa
La hermana Gloria Cecilia Narváez Argoti, religiosa colombiana de la Congregación de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada, fue secuestrada mientras realizaba su misión en Karangasso, al sur de Malí, la noche del 7 de febrero de 2017. Hacia las 21 horas, un grupo de hombres armados irrumpió en la parroquia de Karangasso, en Koutiala, una zona que hasta entonces se consideraba tranquila y relativamente segura, y secuestró a la monja. El 1 de julio, el grupo Al Qaeda de Malí, a través de la red encriptada Telegram, difundió un vídeo en el que la monja y otros cinco rehenes extranjeros parecían haber sido secuestrados por la red yihadista. Aproximadamente un año después, en enero de 2018, se difundió en internet otro vídeo en el que la hermana Gloria, que parecía estar en buen estado, se dirigía al Papa Francisco pidiéndole que interviniera para su liberación. La madre de la hermana Gloria, la señora Rosita Argoty de Narváez, falleció en Pasto, Colombia, en septiembre de 2020, a la edad de 87 años, hasta el último no perdió la esperanza de poder volver a abrazar a su hija.
Arzobispo de Bamako: pedimos la liberación de la hermana Gloria
Sophie Petronin, cooperante francesa liberada junto con otros rehenes occidentales, entre ellos el misionero Padre Pierluigi Maccalli, el 8 de octubre de 2020, dijo que la hermana Gloria está viva pero necesita tratamiento. La ex rehén francesa dijo que pasó la mayor parte de su cautiverio con la monja colombiana. Las dos mujeres estuvieron juntas todo el tiempo hasta el 5 de octubre, cuando Petronin fue trasladada para su posterior liberación, pasando por unos 30 campos diferentes. El Cardenal Jean Zerbo, Arzobispo de Bamako, pidió la liberación de todos los rehenes que siguen en manos de los grupos yihadistas: «Cada vez que rezamos, pedimos al Señor la liberación de la hermana Gloria y de todos los demás rehenes. Es una gran humillación para Malí. Vinieron a hacer el bien y fueron secuestrados por los bandidos, como si fueran esclavos. Es una vergüenza para nuestro país».
Fuente: Vatican News