Fue en enero de 1991 cuando se decidió fundar una “Procura Misionera” también en Italia, en Turín, donde se encuentra la Casa Madre de la Congregación Salesiana. Esa Procura Misionera, ahora conocida en el mundo como «Missioni Don Bosco», acaba de cumplir 30 años: tres décadas dedicadas a apoyar las obras salesianas en todo el mundo, financiarlas y ayudarlas a crecer, además de potenciar y dar a conocer las obras de bien que se realizan a favor de las personas más desfavorecidas.
“Estos 30 años han estado llenos de satisfacciones para nosotros, además de las no pocas dificultades que hemos superado juntos. Ahora debemos seguir cultivando el entusiasmo de los comienzos, fortalecidos por la experiencia ganada en el campo”, explica el Presidente de “Missioni Don Bosco”, Giampietro Pettenon.
En todos estos años han sido muchas las misiones salesianas beneficiadas, siempre teniendo en cuenta que el fin último de los esfuerzos debe estar orientado al cuidado personal, para que cada niño, cada niña, cada joven pueda crecer en un ambiente sano y con las mismas oportunidades de quienes tuvieron la suerte de nacer en un país rico.
Poner en el centro a la persona, hecha a imagen y semejanza de Dios, significa también valorar la comunidad a la que pertenece: hay muchas misiones que atienden a los pueblos indígenas, a los grupos marginados, a los que viven en barrios pobres y populosos: a ellos en estos 30 años fueron dirigidos los esfuerzos y el compromiso de “Missioni Don Bosco”.
Incluso en este período, tan complicado por la pandemia del Covid-19, «Missioni Don Bosco» sigue financiando los proyectos de los misioneros salesianos: esto significa que detrás hay mucha gente que sigue creyendo en Don Bosco, en su sistema educativo, en ayuda real y concreta a los más pobres, y en el valor de lo que los Salesianos intentan construir cada día. La Providencia, que tanto invocaba y a la que se confiaba plenamente Don Bosco, sigue obrando a través de muchos bienhechores.
Por eso, la Procura Misionera salesiana de Turín ahora mira hacia el futuro con un solo objetivo, que el Presidente Pettenon ilustra a partir de una anécdota: “Me llamó mucho la atención una foto de dos niños bolivianos, la hermana que carga en la espalda, envuelto en una tela, al hermano menor. La frase que acompaña a la foto dice: – ¿Es pesado? -No, es mi hermano. Hoy queremos celebrar nuestro trigésimo aniversario, esperando que siempre podamos ser para alguien el ‘hermano mayor’ que carga con orgullo al más joven sobre sus hombros, sin pensar en lo más mínimo que es una carga, sino una riqueza que es necesario preservar y para ayudarlo a crecer».
Fuente: Agenzia Info Salesiana