El próximo 25 de abril se celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. A través del Sector para la Pastoral Juvenil, los Salesianos de Don Bosco nos unimos a esta jornada. En la acción pastoral de la Iglesia perviven dos maneras de afrontar el marco del tema de la Pastoral Juvenil y la Pastoral Vocacional: una que separa nominalmente la “Pastoral Juvenil” de la “Pastoral Vocacional”, y otra que las integra en una misma expresión “Pastoral Juvenil Vocacional”. La primera modalidad asegura un contenido diferenciado para la Pastoral Vocacional, y su riesgo sería no coordinarse suficientemente con la Pastoral Juvenil. En la segunda modalidad parecería asegurarse una integración entre ambas, a la vez que su riesgo puede ser la disolución práctica de los contenidos específicamente vocacionales.
La cultura vocacional que proponemos los salesianos necesita superar un doble riesgo: que sea tan selectiva que sólo busque vocaciones de especial consagración, olvidando las otras formas de vida cristiana; o que sea tan general que, en la práctica, no aporte nada nuevo a lo que ya se trabaja desde una pastoral de iniciación cristiana básica, sin colaborar en la imprescindible tarea de suscitar las distintas formas de vida cristiana y, entre ellas, las necesarias vocaciones consagradas.
En verdad, a la Pastoral Juvenil le compete el anuncio, la iniciación cristiana, a veces, una verdadera “re-iniciación”, junto con el despliegue de esa vida cristiana en crecimiento. En esa Pastoral Juvenil han de darse con fuerza los contenidos de lo que se viene llamando “cultura vocacional”, en sus componentes básicos: gratuidad, búsqueda de sentido, apertura a la transcendencia, generosidad… espacios donde se juega la verdad de nuestra vida.
A la Pastoral Vocacional (que también podemos llamar “animación vocacional”) le competería desarrollar los ingredientes específicos de la cultura vocacional, es decir: las tres llamadas que recibimos -a la vida, al seguimiento y al testimonio-; las formas de vida cristiana, esto es, la vida seglar y la vida de especial consagración; el discernimiento como medio para hacer elección de vida a través de la oración, la información, la reflexión, la decisión, las experiencias fuertes de interioridad y de apostolado y el acompañamiento espiritual; aquellos aspectos importantes de nuestro propio carisma salesiano. En este sentido no puede faltar la propuesta vocacional, es decir, la invitación a buscar el querer de Dios para la propia vida.
En síntesis, la Pastoral Vocacional es un “eje transversal” de la Pastoral Juvenil que libera los sueños que Dios ha puesto en el corazón de los jóvenes; que ama a los jóvenes y por eso los llama; que impone las manos a los jóvenes y los bendice con cariño, como Jesús. Pero a la vez, es una “tarea específica”, con sus propios medios y mediaciones.
Por el P. Miguel Angel Garcia Morcuende,
Consejero General para la Pastoral Juvenil