Carismático, humilde, confiable y sobre todo comprometido, son las cualidades que destacan en Brian Alvarez, educador de la Casa Don Bosco (CDB) de Huancayo desde el 2020. Si bien su labor es acompañar a los adolescentes y jóvenes en sus labores escolares, la confianza que inspira al hablar con él ha logrado formar un lazo de amistad con los chicos. “Siento que ellos me ven como un amigo con el que pueden hablar, donde pueden encontrar palabras de aliento”, comenta sonriendo Brian.
A sus 20 años Brian se encuentra estudiando enfermería, una carrera que le permite mantener un contacto más cercano con las personas, además de aplicar de manera correcta las enseñanzas obtenidas de su formación con los Salesianos de Don Bosco. “He aprendido mucho de que el carisma salesiano no va de ser una persona autoritaria o rígida, sino de ser una persona más cercana, alegre, confiable”, afirma. Cualidades que ahora definen su persona.
Brian se muestra alegre al hablar de su labor en la Casita. Atribuye que parte del cariño ganado es gracias a ser una persona transparente con los chicos, y se coloca como su igual para poder llegar a sus corazones.
“Muchas veces es lo que una persona inspira. Me coloco en el lugar de los chicos, porque al igual que ellos crecí en una familia desunida, crecí solo con mi mamá, yo también he necesitado el afecto de un padre”, comenta Brian. “Recuerdo lo que me dijo un joven ‘te tengo mucha confianza porque te has abierto sentimentalmente hacia nosotros, creas esa confianza de poder contarte lo que vivimos y sentimos’”.
Estudió en el Colegio Salesiano Técnico Don Bosco de Huancayo, escuela donde nació su vocación y se sintió animado a dar un paso más y entró al Aspirantado Salesiano; sin embargo, por motivos personales, se vio en la obligación de retirarse. “Cuando salí, me pregunté ‘Y ahora, ¿qué hago?’”, fue en ese momento que tomó la decisión de estudiar enfermería. Meses después el Padre Uriel Jáuregui, un gran amigo, lo contactó para tenerlo dentro del equipo de educadores de la CDB de Huancayo.
“Quiero seguir con el trabajo de Don Bosco en mi vida profesional. He logrado ser más empático con los jóvenes. Pertenezco al MJS de Huancayo, al grupo “Sentido contrario” que se encarga de hacer clown hospitalario; llevamos música, globos para los niños, hacíamos shows para cada paciente antes de la pandemia”.
El haber crecido con una imagen materna lo acerca más a María Auxiliadora. “Siempre que necesito algo recurro a Ella. Don Bosco te conduce a Ella”, expresa Brian y en sus palabras se siente la intimidad que guarda con la Auxiliadora. “Siempre me pregunto, ¿cómo hubiera sido yo si no hubiese conocido el carisma salesiano?”.
Brian Alvarez espera que, con su testimonio, más jóvenes se inspiren y pierdan el temor de vivir nuevas experiencias que los acerquen a la realidad adversa de muchos adolescentes y jóvenes del país.
Escribre: Rosa Aguirre
Comunicadora del Centro Salesiano de Comunicación
Un texto del Boletín Salesiano de Perú