En la mitología griega encontramos el mito de los argonautas escrito por Apolonio de Rodas. Teniendo el mar como escenario, se nos presenta la nave Argo con sus jóvenes tripulantes. Entre ellos destaca el joven Jasón, que tiene la meta de encontrar el vellocino de oro y traerlo a casa. Al final, tras sortear los miedos, tentaciones y trampas de la navegación, regresa como un héroe acompañado de su amada Medea.
Nos encontramos en el año del bicentenario de la independencia. El mar que experimentaron los jóvenes argonautas no es disímil del mar tempestuoso lleno de nuevas variantes que estamos enfrentando hoy en día. La incertidumbre y los miedos que sortearon los novatos marineros no son distintos de los temores que estamos arrostrando cotidianamente.
Hoy más que nunca nuestro Perú necesita de héroes, de jóvenes héroes, no tanto con características contemporáneas: llenos de superpoderes, indemnes, siempre ganadores; sino con el valor, la fuerza, la virtud y el ingenio gorgoteante en momentos de prueba –como los jóvenes argonautas de la antigüedad.
Andrea Marcolongo, en su libro La medida de los héroes (2019), nos recuerda que en la mitología griega «héroe» no se nacía. Se elegía, se llegaba a ser, al aceptar afrontar una serie de empresas cuyo fin supremo era ayudar a los demás; para dar a conocer a todo el mundo lo desconocido y para avanzar en el camino que otro ya había recorrido. Fracasar no contaba: no era héroe solo quien ganaba, sino también el que lo había intentado. La medida de los héroes la proporcionaba la experiencia de superarse a sí mismo, no necesariamente el resultado.
Nunca como hoy avizoramos la imperiosa necesidad de héroes con esas características: frágiles, pero decididos a ayudarse mutuamente y cuidarse recíprocamente; vulnerables, pero valientes que “no bajan la guardia” ante huéspedes invisibles e inesperados.
Aun cuando los resultados no coincidan con nuestros esfuerzos –como sucede a veces también en el fútbol o en la política–, este sigue siendo un tiempo para superarnos, para profundizar nuestra interioridad y acrecentar la solidaridad. ¡Héroes del presente!
Hoy nos toca –con la vida– dar nuevo significado a la palabra «héroe», descolorida y desgastada, que solo viene utilizada para definir a los triunfadores. Los mitos griegos nos enseñan que todos tenemos una medida heroica, y únicamente al dejar tierra firme descubriremos la nuestra. Sortear el mar tempestuoso y custodiar la vida y la familia es nuestro mayor desafío. Nadie puede hacerlo por nosotros. No dejemos de intentarlo. El Señor está con nosotros. La vida triunfará.
Escribe: Padre Martín Cipriano sdb
Delegado Inspectorial para la Pastoral Juvenil Salesiana de Perú
Texto del Boletín Salesiano de Perú