«Don Bosco International», el organismo que representa a la Congregación Salesiana en las instituciones de la Unión Europea (UE), ha firmado una solicitud pidiendo suspender los derechos de propiedad intelectual de las vacunas anti-Covid-19, para facilitar su producción y distribución en países emergentes de todo el mundo. La solicitud fue enviada por Caritas Europa a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, junto con otras organizaciones confesionales internacionales, católicas y no católicas.
La solicitud se enmarca dentro de las iniciativas emprendidas por la Congregación para una respuesta global a la pandemia, de manera que realmente no deje a nadie atrás.
“La pandemia de Covid-19 está teniendo -comienza la carta- un efecto devastador en países que ya se han visto afectados por desafíos de desarrollo y crisis humanitarias, y está afectando más duramente a los que no tienen perspectivas de recibir una primera dosis de la vacuna a corto plazo. Esta emergencia global solo se puede abordar si se pone a disposición una vacuna accesible y eficaz contra el Covid-19 en todos los rincones del mundo”.
Movidas por la «clara decisión moral» de «dar prioridad a las vidas humanas sobre las ganancias», las organizaciones signatarias piden aprobar el texto revisado de la decisión IP/C/W/669/ Rev.1 del 25 de mayo, que introduce una excepción a los Acuerdo sobre los Aspectos Comerciales de los Derechos de Propiedad Intelectual (TRIPS, en inglés).
«A la luz de las circunstancias sin precedentes de la pandemia de COVID-19, esperamos que la UE esté lista para tomar medidas extraordinarias y hacer todo lo que esté a su alcance para ayudar a poner fin a esta emergencia de salud pública«, señala.
También citando datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la carta muestra que en abril de 2021 los países más ricos habían recibido más del 87% de las vacunas, mientras que los de bajos ingresos solo el 0,2%; y que según The Economist Intelligence Unit, si se mantienen las tasas actuales, la mayoría de los países más pobres del mundo tendrán que esperar hasta 2024 para la inmunización masiva.
Actualmente, continúa la misiva, hay países como Bangladesh e India, con capacidad para producir vacunas adicionales anti-Covid-19, pero que no pueden hacerlo por falta de las licencias adecuadas.
“Cuanto antes se vacune a la población mundial, antes estarán seguros los ciudadanos de la UE. Sin una acción global, la crisis de salud y la consecuente crisis socioeconómica, aquí y en el mundo, continuará”, afirma con firmeza la carta.
Agrega que “con tantas naciones, las más pobres en el mundo, que ya apoyan esta modificación de emergencia, podrán ayudar a mantener el liderazgo moral y de salud pública de la Unión Europea en el mundo… Esta es también la posición del Parlamento Europeo, como se aclaró en su resolución del 10 de junio sobre cómo afrontar el desafío global de Covid-19″.
El llamamiento firmado por la DBI concluye: «Los instamos a impulsar las vacunas Covid-19, un bien social, para beneficiar a todos, especialmente a aquellos que están más rezagados».
Fuente: Agenzia Info Salesiana