¿Cómo se asumió el reto de adaptar los colegios a la educación a distancia? ¿Cómo afrontaron maestros y alumnos el salto tecnológico?
Las escuelas no estaban preparadas para la modalidad no presencial de clases y debieron adaptar los procesos pedagógicos y de gestión institucional, para aplicar la estrategia que respondiera mejor localmente a la nueva modalidad de enseñanza.
Para los docentes, su adaptación a este cambio sobre la marcha ha sido una oportunidad de dominar nuevas herramientas digitales. Así diseñaron mejores experiencias de aprendizaje y generaron espacios de interacción y de trabajo colaborativo con los alumnos. Al ver las clases de marzo 2020 y las de 2021 se aprecia un salto cualitativamente significativo.
Los alumnos, nativos digitales muy hábiles para desenvolverse en este entorno cuando socializan con los otros, han pasado por un proceso de alfabetización digital para entender que el recurso digital o la herramienta digital también les provee aprendizaje.
Todos respondieron como pudieron. ¿Cuáles son los desafíos que debe tomar en cuenta el sector Educación para mejorar la calidad educativa?
Uno de los mayores desafíos es educar en ciudadanía, y eso supone formar estudiantes con conocimientos, actitudes y habilidades para convivir pacíficamente, que aprendan a respetar lo público, aquello que es ajeno, que sepan participar democráticamente, que valoren la pluralidad y la diferencia, que cuiden la casa común, que se comprometan con la sociedad y pongan por encima de los propios intereses el bien común.
Un segundo desafío del Estado es que todos los estudiantes accedan al sistema educativo. En especial, hay que acortar las brechas para el uso de las TIC (tecnologías de la información y la comunicación), sobre todo en las zonas rurales.
Un tercer desafío es capacitar a los maestros para que desarrollen competencias digitales. La virtualidad ha ingresado en la escuela y no se va a ir; ha llegado para quedarse.
¿Cuál ha sido la ganancia de la experiencia virtual en el manejo pedagógico?
La virtualidad llegó para no irse. La experiencia ha sido buena. Vamos a tener que empezar a combinar las clases presenciales con actividades de no presencialidad. De repente en la clase se hace la teoría y la parte más aplicativa en red. O, por ejemplo, para los grupos formativos o los grupos de asociacionismo por las tardes se podría usar esta herramienta digital.
¿Cuáles son los retos futuros de las escuelas salesianas y del sector en general?
En lo inmediato, prepararnos para el retorno a la presencialidad. No solo acondicionar espacios físicos.
En especial, sensibilizar a las familias, estudiantes y docentes sobre el cuidado y respeto con el otro, porque vamos a seguir en pandemia.
Al mismo tiempo, tenemos que hablar de una adecuación de nuestra propuesta pedagógica-pastoral. Han cambiado los chicos, la escuela, nuestro entorno, nuestros profesores. Entonces, la escuela tiene que cambiar. Tenemos que prepararnos para los retos del futuro inmediato que se nos viene. No para 15 años, lo tenemos a la vuelta de la esquina.
Texto del Boletín Salesiano Perú