«Toda represión del derecho a la vida, del derecho a la libertad religiosa, del derecho de reunión y del derecho a expresar libremente y con seguridad las propias opiniones contrastan con la creación de una sociedad justa». Así se expresó ayer Monseñor John Putzer, encargado de negocios ad interim de la Misión Permanente de la Santa Sede en Ginebra, sobre la situación en Sudán durante su intervención en la 32ª Sesión Especial del Consejo de Derechos Humanos.
Respetar la dignidad de cada persona
El pasado 25 de octubre se produjo un golpe militar en Sudán, con la detención de varios ministros y numerosas víctimas en los disturbios que se produjeron tras la toma del poder. «La Santa Sede sigue la evolución de la situación con gran atención y profunda preocupación», dijo Mons. Putzer. «La violencia -añadió- nunca es una opción legítima para resolver las diferencias de opinión», por lo que se insta a «reconocer y apoyar el respeto a la dignidad humana y a los derechos fundamentales de toda persona, y a dejar de recurrir a la violencia como medio para imponer el control». El camino a seguir, reiteró el representante del Vaticano, es el del «respeto mutuo de la dignidad inviolable de cada persona, en un espíritu de diálogo fraterno». Sólo así será posible restablecer «una verdadera paz que tenga como objetivo la promoción del desarrollo humano integral y del bien común».
Un experto en derechos humanos para vigilar
También ayer, en relación con la situación en Sudán, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU pidió el restablecimiento inmediato del gobierno civil, condenando la toma del poder por parte de los militares. El Consejo ha decidido nombrar a un experto en derechos humanos en Sudán para que supervise la situación y se comprometa con todas las partes implicadas a restablecer el orden. Condenando enérgicamente como «injustos» al primer ministro Abdallah Hamdok y a otros funcionarios, pidió la «liberación inmediata» de todos los detenidos ilegal y arbitrariamente.
Fuente: Vatican News