Cuando falta un día para la ceremonia de envío de la 153 Expedición Misionera Salesiana, dejamos que sea el clérigo salesiano Edwin Seminario Rivera, peruano de 24 años destinado a las misiones salesianas en la República Democrática del Congo, quien nos narre su camino misionero y sus perspectivas de futuro en la tierra de misión.
¿Qué le impulsó a escribir la carta de disponibilidad para las misiones al Rector Mayor?
El testimonio del Padre Luis Bolla ha sido mi mayor inspiración para ser misionero. Me sentí atraído por su estrecha relación con Jesús, su celo por el anuncio del Evangelio, el amor a tierra de misión y su fuerte deseo de inculturación en medio de la cultura amazónica de Ecuador y Perú. Estas características que pude ver en su estilo de vida me parecieron una fuerte inquietud por la vida misionera ad gentes.
Como salesiano coadjutor, el beato y próximo san Artémides Zatti tuvo un gran espíritu misionero en su apostolado, que para él era el hospital. ¿Siente pasión también en este sentido?
Sí, el espíritu misionero de Zatti le llevó al encuentro de los más pobres, de la gente enferma y sin posibilidades de salir adelante. En ellos pudo descubrir el rostro de Jesús. Si bien para Zatti era importante brindar alimento y salud física a los enfermos, lo más relevante era dar el alimento espiritual y hacer sentir el amor de Jesús. He aquí el modo de evangelización de Zatti, por esto, como misionero salesiano ad gentes, considero que la figura de este gran santo es un modelo significativo que debemos seguir.
¿Está contento del lugar al que va? ¿Tiene algún temor o duda sobre el nuevo país, la cultura y su gente? ¿Cómo se está preparando?
Desde el inicio de mi proceso de discernimiento para ser misionero me he sentido muy atraído por las misiones en África, por eso saber que soy enviado al Congo es como un sueño que hoy se hace realidad, un sueño que se compagina con el Proyecto de Dios sobre mi vida. Naturalmente siento temor de ir a un lugar tan lejos, con una cultura y un idioma muy distintos. En lo personal siento que es un gran desafío, pero no voy solo, Jesús y María me acompañan en este caminar.
¿Tiene Ud. en mente algún modelo de gran misionero cuyo estilo de vida quiere seguir?
Sí, como mencioné antes, mi modelo es el Padre Luis Bolla. A continuación comparto las palabras del Padre Luis Bolla que reflejan el estilo de vida que se dispuso a seguir, un estilo de vida que le sirvió como herramienta de inculturación para lograr la evangelización en medio del pueblo shuar y achuar: «Quiero que se me permita vivir al estilo de los achuar; vestido, comida, casa, trabajo como el pueblo achuar, sin perder mi identidad de sacerdote y religioso». Estas palabras me inspiran a seguir un camino de vida radical en medio de mi tierra de misión; una forma de vida de inculturación.
¿Qué mensaje quiere enviar a los jóvenes sobre la vocación misionera?
La vocación misionera es una vocación de servicio que nace como respuesta de amor a Cristo Jesús. Esta se concreta en la donación de la vida a los hermanos, con la disposición de cruzar fronteras geográficas, culturales o sociológicas. En este sentido, mi mensaje para todos los jóvenes es que se aventuren con Jesús, que no teman entregar su vida al servicio de los demás, no teman regalar su juventud a otra juventud. Y en verdad, puedo decirles que vale la pena arriesgar la vida con Jesús, vale la pena dar la vida por amor a Él y al prójimo.
Fuente: Agencia InfoSalesiana