En medio de una situación de caos y conflicto social, donde Lima, la capital del Perú, sufre los embates de los enfrentamientos de fuerzas políticas por la falta de acuerdos, los jóvenes de diversas obras salesianas del Perú, celebraron la fiesta de Don Bosco.
Las noticias de hoy, como las de hace semanas, no hablan sino de los 58 muertos, de las protestas y manifestaciones en distintas zonas de Lima y de los departamentos del Perú. Basta recorrer los medios de comunicación para permanecer atónitos y sin esperanzas, constatando las nuevas marchas, los bloqueos en carretas, las investigaciones por las muertes de algunas personas y pareciera que la solución no se avecina.
Hace pocos días el Señor Nuncio Apostólico en el Perú, Mons. Paolo Rocco Gualtieri, durante el saludo a la presidenta la Sra. Dina Boluarte con motivo del nuevo año 2023, manifestó de manera clara y precisa una verdad que han olvidado las autoridades peruanas. “Cuando una parte de la sociedad pretende disfrutar del mundo como si los pobres no existieran, – ha recalcado con su español bien pronunciado – hay consecuencias. Ignorar la existencia y los derechos de los demás, tarde o temprano, provoca alguna forma de violencia inesperada, como estamos siendo testigos en estos días”.
A pesar del crecimiento económico del País, los pobres siguen siendo pobres y basta constatar que el 2022 “la Pobreza en el Perú se disparó al 30%”. Quiere decir que un promedio de 8.5 son pobres. Y es un grito silencioso del Nuncio, ha manifestado: “Ignorar la existencia y los derechos de los demás provoca alguna forma de violencia”. Y es que ahora los peruanos lloramos la muerte de 58 personas. Es en cierta manera que «nuestros difuntos, no son muertos ajenos» ha declarado categóricamente el arzobispo de Lima, Mons. Carlos Castillo, en una celebración de la misa dominical recordando a los peruanos muertos en las protestas.
Los salesianos han seguido de cerca y en todas las obras salesianas continúan rezando por la situación del Perú. Y en medio de esta crisis, los más olvidados son los adolescentes y jóvenes. Para los salesianos no ha sido así. Han abierto las obras en diversas partes del Perú y promueven vacaciones educativas con cientos y cientos de jóvenes. “Nos sentimos contentos – ha manifestado un jovencito de la parroquia de Breña – Lima – porque tenemos espacios para compartir, jugar, rezar, y estar como amigos”.
En medio de este caos social y político, la fiesta de Don Bosco no ha pasado desapercibida. No se han podido realizar muchas actividades ni procesiones en las ciudades por la situación social, pero la vida juvenil sigue tan cerca a San Juan Bosco, porque sigue siendo el padre y maestro de los jóvenes.