El pasado 27 de septiembre se abrió en Bratislava (Eslovaquia), la causa de beatificación del novicio jesuita Tomas Munk y su padre Frantisek Munk, quienes fueron fusilados por odio a la fe por los nazis el 22 de abril de 1945.
Presidió el solemne acto de apertura el Arzobispo de Bratislava, Mons. Stanislav Zvolensky, acompañado de otros obispos. El tribunal que examinará las pruebas del martirio ya está constituido, entre los cuales está el vicepostulador, P. Ondrej Gabris, que ha presentado una lista de 14 testimonios.
Tomas Munk y su padre Frantisek fueron asesinados durante la «marcha de la muerte» cerca a Sachsenhausen. Antes de su conversión eran una familia que se declaraba atea pero de origen judío.
A mediados de los años 30s’ comenzó su proceso de acercamiento a la fe católica, recibiendo el bautismo en el año en el que comenzó la Segunda Guerra Mundial, en 1939, en la localidad de Ruzomberok en Eslovaquia.
En 1943 Tomas ingresó al noviciado de la Compañía de Jesús en esta ciudad. En diciembre de 1944 la familia Munk fue arrestada por las fuerzas nazis usando para justificar esa acción las leyes raciales.
La nota de Radio Vaticana señala que la noche anterior al arresto, durante su oración, «Tomas tomó la decisión de ofrecer su vida a Dios por la salvación de su pueblo. Frantisek y su esposa Gizela y los hijos Tomas y Juraj fueron enviados juntos al campo de concentración de Sered».
Luego fueron separados y enviados en distintos trenes a Alemania. Sobre esta familia y en ocasión del inicio de la causa de beatificación de Tomas y su padre, el canal católico «Tv Lux» transmitió un documental especial.