El viernes 30 de abril de 2021, en el aula magna del Tribunal ordinario de la diócesis de Roma, se realizó la sesión de apertura de la investigación diocesana sobre la vida, las virtudes heroicas, la reputación de santidad y los signos de la Sierva de Dios, Rosetta Marchese, religiosa profesa del Instituto Hijas de María Auxiliadora.
Durante la sesión inaugural prestaron juramento los miembros del Tribunal diocesano: el Delegado episcopal, Mons. Giuseppe D’Alonzo; el Promotor de justicia, padre Giorgio Ciucci; el Notario actuario Marcello Terramani; el Notario adjunto Giancarlo Bracchi; y posteriormente también el Postulador, padre Pierluigi Cameroni, SDB, y la Vicepostuladora, Sor Francesca Caggiano, FMA.
Por el Instituto de las FMA estuvieron presentes la Superiora general, madre Yvonne Reungoat; sor Chiara Cazzola, su vicaria; sor Piera Cavaglià, secretaria general y algunas religiosas de la casa general.
En sus palabras, Madre Reungoat comparó el testimonio de la Madre Marchese con la de santa María Doménica Mazzarello: «Ambas, los dos únicas Superioras Generales, de cuya santidad hasta ahora ha sido solicitado el reconocimiento de la Iglesia, han ofrecido conscientemente sus vidas por el crecimiento y la santidad del Instituto, en tiempos difíciles.
Ambas vivieron su misión como un servicio a la vida y vitalidad del Instituto, prestando atención al camino de cada hermana y de la institución en su conjunto. Emblemáticas son las palabras que pronunció en el momento de su elección el 24 de octubre de 1981: «El Instituto siempre me ha dado todo, pero ahora se me da todo».
Ambas en su servicio educativo fueron capaces de intuición y mitogogía, nutrieron su donación a la misión educativa con una profunda vida interior, fueron hermanas y madres para las Hijas de María Auxiliadora, los jóvenes, los que necesitaban ser recibidos y acompañados en la respuesta a la llamada de Dios «.
La Madre Rosetta Marchese nació en Aosta el 20 de octubre de 1922. Desde niña conoció y frecuentó las Hijas de María Auxiliadora, madurando así su fe y su ideal de total consagración a Dios.
Después de su primera profesión religiosa, en 1941, completó sus estudios en la Universidad Católica del Sagrado Corazón, graduándose en Literatura. De 1947 a 1958 fue maestra y vicaria en la casa misional “Madre Mazzarello” de Turín, donde siguió con especial atención a las jóvenes hermanas que se preparaban para partir hacia las misiones. De 1958 a 1974 desempeñó tareas de animación y gobierno en Sicilia, Roma y Lombardía.
En 1981 fue elegida Superiora General, pero apenas ocho meses después de su elección, aparecieron los primeros signos de leucemia. En la circular del 24 de octubre de 1982, la Madre Marquesa concluía su enseñanza deseando que todas sus hijas se dejaran contagiar por Don Bosco, «de nostalgia aguda del ‘hermoso Paraiso'», para entrar en el camino de la santidad «con una voluntad sin retorno». También dijo: «El objetivo es único: llegar al Cielo con todos los jóvenes por los que hemos dado y consumido nuestra existencia». Murió el 8 de marzo de 1984 en Roma.
Fuente: Agenzia Info Salesiana