Movidos por la fe en Dios y en su pueblo, herederos del Sistema Preventivo de Don Bosco y en el contexto del Bicentenario de la Independencia nacional; la Congregación Salesiana del Perú, que tiene como misión: “Formar buenos cristianos y honrados ciudadanos”, renueva su compromiso, a través de estas cuatro banderas salesianas, de seguir trabajando en la construcción de un Perú más democrático, justo y solidario.
1. Prioridad por los jóvenes, los más pobres con alto riesgo social y de vulnerabilidad
Porque amamos con verdadero corazón salesiano a los jóvenes, sobre todo los más pobres:
- Renovamos nuestro compromiso de estar presentes allí donde ellos se encuentran, generando igualdad de oportunidades. Con ello contribuimos a acortar las brechas de pobreza y desigualdad, y seguir avanzando en la realización de proyectos educativo-pastorales centrados en los jóvenes y sus familias.
- Nos empeñamos en la defensa de los jóvenes, especialmente de los marginados y víctimas de la vulneración de sus derechos y de cualquier tipo de abuso y violencia.
2. Renovado compromiso por la educación
Porque estamos convencidos de que la educación es el medio más poderoso para transformar vidas y formar mejores ciudadanos:
- Renovamos nuestro compromiso con la cualificación de las personas y de los procesos educativo-pastorales en todos nuestros ambientes y nos comprometemos a seguir generando espacios que permitan construir “un país dialogante y en paz en el que se promueven y consolidan espacios de encuentro y reconocimiento en pro de que vivamos una ciudadanía solidaria, justa y dialogante”.
- Nos unimos al Pacto Educativo Global propuesto por el Papa Francisco, reavivando nuestro compromiso por y con las jóvenes generaciones, renovando la pasión por una educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión y movidos por la utopía de una sociedad impregnada de valores cristianos, tal como Don Bosco lo soñó.
3. Por una ciudadanía activa y participativa
Porque apostamos por una ciudadanía activa y participativa que luche contra todo tipo de corrupción:
- Renovamos nuestra capacidad de escucha, apertura y diálogo activo entre los jóvenes, para que sean los protagonistas y transformadores del cambio que necesita nuestra sociedad, fortaleciendo su pensamiento crítico y su formación ciudadana.
- Sostenemos ambientes seguros, libres y coherentes, donde el eje central de nuestra labor educativo pastoral es la dignidad de la persona humana. Acompañamos a los jóvenes en el descubrimiento de los valores esenciales de la vida, en su crecimiento personal espiritual y en el desarrollo de todas sus potencialidades.
4. La sostenibilidad como desafío
Porque reconocemos que nuestra casa común está en una situación muy crítica, asumimos la sostenibilidad como un desafío generacional:
- Promovemos una conversión ecológica, renovando nuestro compromiso por el cuidado del medio ambiente, nuestra casa común, reconociendo la necesidad de una transformación integral, de una economía sustentable y de una acción decidida.
- Escuchamos el grito de los jóvenes en su reclamo ecológico y promovemos una espiritualidad ecológica que defienda, con toda nuestra pasión, el medio ambiente con iniciativas concretas y duraderas en el tiempo.
Estas banderas no reemplazan los diversos proyectos locales, tampoco son objetivos generales que se suman, ni lineamientos a agregar a nuestras planificaciones. Son faros, horizontes, estímulos y criterios de fondo que nos invitan a revisar nuestra praxis cotidiana. Creemos que este ejercicio será el mejor aporte, que como salesianos, podamos ofrecer a nuestra patria en su bicentenario.
¡Nos mueve la esperanza!