El papa Francisco recibió personalmente al papa emérito Benedicto XVI a las puertas del monasterio Mater Ecclesiae, en el Vaticano, le dio la bienvenida «con gran y fraterna cordialidad», según informó el Vaticano.
A continuación, rezaron juntos en la capilla del edificio, donde a partir de ahora se realizará la mayor parte del servicio de Benedicto XVI a la Iglesia: la oración.
El helicóptero que trasladó a Benedicto XVI desde Castel Gandolfo aterrizó en el helipuerto del Vaticano a las 16.49 horas local. Desde allí, un vehículo lo llevó hasta el monasterio, a cuya entrada le esperaba el Papa Francisco y otras autoridades vaticanas.
En el comité de recepción, junto con el Papa Francisco, estaban el secretario de Estado y ayudante durante muchos años del cardenal Ratzinger, el cardenal Tarcisio Bertone, el presidente del Governatorato (gobernador de pequeño estado), el purpurado Giuseppe Bertello, y el decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal Angelo Sodano.
El Sustituto de la Secretaría de Estado (número 3 del Vaticano), Angelo Becciu, el subsecretario de Asuntos Exteriores, Dominique Mamberti, y el secretario del Governatorato, Giuseppe Sciacca también han acudido a la cita.
Esta es la segunda vez que el Papa Francisco y el Papa emérito Benedicto XVI se encuentran en persona, después de que el pasado 23 de marzo Francisco viajara a Castel Gandolfo para hablar, rezar y almorzar con el anciano pontífice.
Benedicto XVI, de de 86 años, residía en el palacio apostólico de Castel Gandolfo, a una treintena de kilómetros al sur de Roma, desde el 28 de febrero, cuando renunció al papado.
En estos dos meses de pontificado, Francisco y Benedicto XVI han hablado en diversas ocasiones por teléfono, según ha admitido la Sala de Prensa de la Santa Sede.
Concluidas las obras de restauración que se han realizado en el monasterio de clausura que será ahora su hogar, Benedicto XVI se traslada con toda la «familia pontificia». Allí le visitará cuando lo desee su hermano Georg, también sacerdote, de 89 años, que vive en Alemania.
De la «Familia Pontificia» forman parte su secretario privado y actual Prefecto de la Casa Pontificia, el arzobispo Georg Ganswein; las cuatro laicas consagradas de la comunidad «Memores Domini» (ligada al movimiento Comunión y Liberación) y un diácono belga.
Cuando anunció su renuncia, Benedicto XVI dijo que permanecería «oculto para el mundo», rezando por la Iglesia.