Son muchos los lugares de Bolivia donde los misioneros salesianos se esfuerzan por rescatar a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes de la calle, tratando de alejarlos poco a poco de una condición terrible que tienen normalizada en sus vidas. Muchos de ellos viven en la calle ante la ausencia de una referencia familiar y otros sobreviven con trabajos esporádicos y con el riesgo de las drogas, la inhalación de pegamento y la adicción al alcohol siempre presentes.
Una de las obras que los Salesianos dedican a estos menores vulnerables se encuentra en Santa Cruz de la Sierra, donde gracias a la iniciativa del padre Octavio Sabbadin hace 29 años se puso en marcha el Proyecto Don Bosco, que ofrece la oportunidad de educación a cientos de menores vulnerables siguiendo los principios del Sistema Preventivo de Don Bosco.
Bolivia es, a pesar de sus riquezas naturales, un país pobre. Se encuentra entre los 10 países más pobres de América en renta per cápita y esta situación se refleja en los salarios, que en ningún caso llegan de media a los 100 dólares.
Los grupos más débiles son los que más sufren las injusticias sociales y muchísimas familias se encuentran en riesgo de exclusión por la crisis política, económica y social que vive el país.
El Proyecto Don Bosco es una iniciativa destinada a la recuperación y reintegración social de los menores en situación de calle.
Aunque existen leyes e iniciativas que protegen a los menores, tan sólo el 7% de los niños que vive en zonas rurales completan los ocho años de escolaridad obligatoria.
La iniciativa consiste en tres pasos diferentes que se realizan en otros tantos centros ubicados en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra: el Hogar Don Bosco, la casa de acogida Mano Amiga y el Centro Barrio Juvenil Don Bosco.
Estos centros son frecuentados por 900 menores en situación de muy alto riesgo social, pero gracias a papá Octavio -como lo llaman los menores- y al resto de salesianos y colaboradores, pueden obtener una educación para el futuro y su reintegración en sus familias de origen.
Fuente: Misiones Salesianas