Caritas Internationalis manifiesta, a través de un comunicado publicado ayer, 6 de mayo de 2020, su preocupación por la gran crisis humanitaria a la que se dirige la pos pandemia e insta a la comunidad internacional a tomar medidas valientes e inmediatas.
Efectivamente, la confederación señala que en los últimos cuatro meses la atención política y mediática internacional se ha centrado en la propagación del virus, pero “las secuelas de la pandemia se anuncian aún más complicadas y más mortíferas que el impacto del propio virus, especialmente para las comunidades más vulnerables de los países más pobres”.
Países donantes, afectados por el virus
En este sentido, el comunicado indica que el bloqueo en Europa, Estados Unidos, China y Japón ha paralizado la economía mundial y los intercambios económicos están “en su punto más bajo”.
Además, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, proyecta en todo el mundo que el número de personas al borde de la inanición se duplicará como resultado de la COVID-19 y podría llegar a 230 millones de personas.
“Somos conscientes de que nos enfrentamos a una emergencia atípica en la que los países que normalmente figuran entre los principales donantes son también los más afectados por el virus”, afirma en la citada nota el secretario general de Caritas Internationalis, Aloysius John, “pero debemos ser conscientes de que el uso de la ayuda internacional para responder a las necesidades nacionales no representa la solución correcta”.
Grupos más vulnerables
La organización informa que África es el continente más afectado, pues debido al bloqueo experimenta escasez de alimentos, “así como una diversidad de catástrofes como inundaciones, sequía, invasión de langostas, malas cosechas”. Muchos países de Oriente Medio, América Latina y Asia, por su parte, “ya están al borde de una grave crisis alimentaria que provoca la malnutrición infantil y la inanición de los adultos”.
Por otro lado, el de los migrantes es uno de los grupos más vulnerables, los desplazados internos y los repatriados también “se ven gravemente afectados por la crisis alimentaria y la falta de condiciones de vida seguras” y “muchos de los que regresan a Venezuela pueden enfrentar la inanición o un hambre grave”.
Los migrantes indocumentados, constituyen otra comunidad que será la más afectada porque “no entran en ninguna de las categorías que pueden recibir ayuda pública”. Ante ello, Caritas Internationalis considera que “las autoridades locales deberían garantizarles el acceso a servicios esenciales y asequibles, y en particular a la atención de la salud”.
Medidas urgentes
Frente a este panorama, la organización caritativa de la Iglesia urge a “la suspensión de las sanciones económicas contra Libia, Irán, Venezuela y Siria para permitir la importación de medicinas, equipo médico y artículos de primera necesidad para la población”.
También llama a “proporcionar a las organizaciones de inspiración religiosa los medios necesarios para responder a las necesidades urgentes causadas por la pandemia, poniendo en marcha programas de microdesarrollo capaces de garantizar la seguridad alimentaria de las comunidades más pobres, así como asistencia humanitaria, sanitaria y en efectivo”.
Y, finalmente, insta a “asignar fondos adicionales para apoyar a las comunidades más vulnerables para que sobrevivan durante este período de confinamiento” y a “garantizar el acceso a los servicios esenciales para los desplazados internos y los refugiados, incluido el acceso a los campamentos de refugiados”.
De este modo, Caritas Internationalis se une al llamamiento del Papa Francisco para promover una “solidaridad mundial creativa” y mirar “más allá de la respuesta a la COVID-19 para evitar otra gran tragedia humanitaria”, añade el secretario internacional de la organización.
Fuente: ZENIT