A mis hermanos salesianos sdb, a la Familia Salesiana, a tantos laicos y jóvenes siempre cercanos:
Mis queridos hermanos sdb, amigos y amigas todos: escribo estas líneas porque mi madre, Isabel, se ha ido al encuentro del Señor, y quienes nos quedamos aquí, toda mi familia y quienes la han querido y cuidado, y en especial mi hermana y yo, no podemos hacer otra cosa más que dar profundas gracias al Señor nuestro Dios por una vida tan hermosa como la que han tenido nuestros padres, y hoy en particular, nuestra mamá que se ha ido al cielo.
Nuestra madre, Isabel Artime García, nació el 15 de marzo de 1936 en Luanco (Asturias)-España. Nos ha dejado, por tanto, con 87 años. Ella, desde muy pequeña, después de unos poquitos años en la escuela del pueblo, comenzó a trabajar. Nació en el año en el que la guerra civil española comenzaba y por tanto el hambre la acompañó en toda su infancia. Además, como muchas familias de ese momento, la familia de mamá era numerosa.
Ella y siete hermanos más. Siempre trabajó entre redes y pescado, como familia de pescadores durante cinco generaciones. También trabajó en la fábrica de conservas de pescado del pueblo. Casándose con 24 años había aprendido a cuidar de los suyos, a cuidar y atender una casa, a cocinar (¡eran una excelente cocinera!), a trabajar en medio del pescado, y a trabajar también en todo lo que la vida le fue pidiendo.
Y sobre todo cuidó de todos nosotros con tanto cariño y amor. Todo esto: el cariño, el amor, los cuidados, el respeto a las personas, el no hablar nunca mal de nadie, el hacer siempre el bien y evitar el mal, y el tener a Dios presente en nuestras vidas, nos lo inculcó nuestra madre hasta lo más profundo de nuestro ser. Ese era el estilo de la familia y papá lo respaldaba por completo.
Hoy, mi hermana y yo damos gracias a Dios por haber tenido unos padres preciosos, y una mamá excepcional. Un regalo en su sencillez, bondad y caridad para con el prójimo.
Hoy damos gracias a Dios porque nos trasmitieron una fe maravillosa, una fe muy profunda, de modo sencillo. Su ejemplo de vida fue siempre la mejor catequesis.
Hoy damos gracias porque siempre quisieron para sus hijos el que nos formáramos, que nos preparáramos para la vida, y que hiciéramos lo que creíamos que teníamos que hacer si era bueno para nosotros. Esa fue su respuesta, por ejemplo, cuando les dije que quería ser salesiano.
Hoy damos gracias, sencillamente, porque el Señor de la Vida nos ha bendecido tanto, hasta el último momento, en estos padres, y en esta mamá. Una mamá que vivió los últimos cinco años acompañada por la enfermedad, pero viviendo todo con mucha paz.
Y hoy damos profundas gracias al Señor por el regalo que nos ha hecho a mi hermana y a mí al llamar a mamá a su encuentro con tanta Paz, con tanta serenidad, sin sufrimiento ni dolor. Sin duda que la Virgen del Carmen-Madre Auxiliadora, de quien era tan devota en las dos advocaciones, la ha llevado de la mano al encuentro de su Amado Hijo.
¡Mamá!, nuestra oración y la de tantas personas que nos quieren, la ofrecemos por ti. Descansa en Paz en el Señor. En Él nos volveremos a encontrar.
Ángel Fernández Artime
Rector Mayor