Han pasado diez años desde la muerte del sacerdote salesiano Marek Rybinski, nacido en Polonia y misionero en Túnez. Fue asesinado el 17 de febrero de 2011, precisamente en los días más calurosos de la «Revolución del Jazmín», como se llamó al levantamiento tunecino de enero de 2011, que dio inicio a la polémica temporada conocida como la «primavera árabe». El crimen, cometido por una persona que conoció al padre Rybinski y que actualmente cumple cadena perpetua, tuvo lugar por razones económicas, sin la menor referencia religiosa o política.
Ese trágico episodio conmocionó a la opinión pública tunecina e internacional y ciertamente el sacrificio de este misionero de Don Bosco fecundó la Iglesia de ese país en su camino vivido junto al pueblo musulmán, el cual siempre ha expresado una gran solidaridad y gratitud por el don de su vida que hizo el misionero polaco en favor de Túnez. Fue un gesto que no se ha olvidado.
En estos días del décimo aniversario, del 16 al 18 de febrero, algunos acontecimientos, obviamente pequeños en tiempos de pandemia, están expresando la memoria y la gratitud de la Iglesia tunecina y de los amigos musulmanes por el padre Rybinski.
El difunto salesiano fue recordado ayer, martes 16 de febrero, con una celebración en la catedral de Túnez, presidida por el arzobispo, Mons. Ilario Antoniazzi, y también con una conmemoración por un representante de la embajada polaca.
Hoy y mañana, además, su memoria será honrada en el colegio salesiano de Manouba, cerca de Túnez, donde trabajó durante cuatro años y donde dejó obras y recuerdos imborrables en muchas personas.
En particular, en estos días se presenta y publica oficialmente un nuevo libro, titulado ¿CÓMO ES POSIBLE? UN SACERDOTE SALESIANO EN TÚNEZ, a cargo del salesiano don Giuseppe Ruta, ex Superior de la Provincia Salesiana de Sicilia, a la que pertenece la casa salesiana de Manouba.
El texto recoge los escritos y memorias del propio padre Rybinski que se habían publicado anteriormente en polaco. En las intenciones del editor del texto y de los donantes que hicieron posible su publicación, en la editora Elledici, está la de rendir homenaje no solo al misionero y a su sacrificio hecho por amor a Dios y a los destinatarios de su misión, sino también a la acogida y fraternidad que los tunecinos siempre han mostrado a los hijos de Don Bosco y a su presencia en Túnez. Una presencia que, a través de la educación, quiere contribuir al crecimiento y maduración de un pueblo que ha emprendido un camino fatigoso pero necesario hacia la democracia y el bien común.
Fuente: Agenzia Info Salesiana