(ANS – Roma) – Un geólogo belga, Jules Cornet, dijo que «el Congo es un escándalo geológico», porque el subsuelo cosecha abundantes de todo tipo. Es comprensible entonces que es un país fuertemente «deseado» por las «grandes potencias». Una panorámica sobre la realidad social y salesiana de la República Democrática del Congo ofreció en las «Buenas Noches» del lunes en la noche, el P. Jean-Claude Ngoy, Superior de la Inspectoría de África Central.
Los minerales son la mayor riqueza, pero también hay grandes posibilidades para la electricidad – con la central hidroeléctrica de Inga – y el petróleo. No hay que olvidar que el Congo, después de Brasil, cuenta con la mayor superficie de bosques sobre la tierra.
El Congo es un país de dimensiones continentales, que está marcado por un constante éxodo a las ciudades: Kinshasa se ha convertido en una megápolis de 7-8 millones de habitantes. La economía muestra evidentes signos de crecimiento económico, pero este crecimiento no produce desarrollo ni bienestar social.
«La mala gestión de los recursos se manifiesta en la falta de solidaridad y de justicia contributiva y distributiva. De ahí las grandes desigualdades en la población y también las guerras internas, fomentadas por las milicias mercenarias'»dijo el Inspector.
Es en este contexto en el que opera la presencia salesiana, ahora proyectada en el segundo centenario de actividad, con más de 230 hermanos, de los cuales más de la mitad en formación inicial. La edad media es de 41 años y hay 27 comunidades que, sin embargo, animan y dirigen el doble de obras. También es una Inspectoría misionera: ya ha puesto a disposición del Dicasterio para las Misiones a 15 salesianos.
Fiel a esta misión desde el principio, cuando llegaron los primeros misioneros de Bélgica, continúa la presencia prioritaria en las escuelas, para satisfacer una necesidad social y juvenil. Las escuelas son, de hecho, el mayor grupo de obras: escuelas primarias, tres escuelas técnicas secundarias y la reciente creación de dos centros de enseñanza universitaria (informática y ciencias económicas y políticas).
Una atención específica está dedicada a las obras para los jóvenes en riesgo, con internados, escuelas agrícolas, artesanales y profesionales anexas. No faltan las parroquias, las misiones y las casas de formación con un estudiantado teológico internacional.
El futuro está marcado por el optimismo y la esperanza: en enero de 2013 comenzó la nueva Delegación de la República Democrática del Congo – Oeste, que incluye las casas de Kinshasa y las dos de Kasai (Oeste y centro del país) y, luego, podrían surgir otras Inspectorías.
Es un sueño que para convertirse en realidad requiere de tres condiciones: la afluencia continua de nuevas vocaciones, la sólida formación, y la buena animación de la comunidad. «Somos optimistas – concluye el Inspector – En cuanto a la consolidación de las comunidades y también para una expansión inteligente y dinámica de la presencia salesiana».