(ANS – Cali) – El «Centro de Capacitación» salesiano de Cali, Colombia, se ha comprometido a devolver la esperanza a los hombres que durante años han vivido los horrores de la guerra como niños soldado. Recientemente, el «National Public Radio» (NPR), ha dedicado un artículo a la historia de dos de estos jóvenes.
Luis y Jasmine, de 20 años actualmente, una vez fueron entrenados para ser soldados; hoy en el centro de Cali están siendo formados de una manera completamente diferente, a partir del acompañamiento y la educación.
«Luis Bedoya tiene un rostro delgado y de niño», dice el cronista de NPR, Juan Forero. «Todavía se ve como un niño cuando se pone el enorme delantal, guantes gruesos y un casco de metal – las herramientas de un soldador de aprendiz en el Centro de Capacitación en esta ciudad en el sur de Colombia. (…) Jasmine se dedica a las clases de cocina y piensa en la educación superior – y quizás algún día ser capaz de abrir su propio restaurante. »
Apresados por el ejército, fueron enviados al «Centro de Capacitación» de Cali, uno de los centros establecidos para la recuperación de los ex niños soldado. Es uno de esos lugares donde todos los días se encuentran decenas de niños corriendo en un gran patio, mientras otros juegan a ping-pong o escuchan música. La mayoría de los ex-soldados asisten a cursos de formación profesional.
La propiedad es grande, con aulas, canchas de baloncesto, dormitorio y talleres. Hoy en día es el hogar de muchos niños y niñas, así como los adultos y jóvenes, que han desertado de entre los rebeldes de las FARC o que han sido traídos de otra forma.
Son niños y niñas que en el pasado fueron reclutados por la guerrilla, incluso en algunos casos secuestrados y obligados a hacer el «trabajo sucio» de la guerra, que son los más peligrosos. Muchos de ellos no han conocido más que la guerra en sus vidas ya desde muy jóvenes, capacitados para la vida militar, privados de la infancia. Y los que lograron escapar de la pesadilla encontraban muy pocos lugares para acudir en busca de ayuda.
Los enfrentamientos en Colombia se prolongan por más de 40 años: conflictos brutales entre varios grupos armados que luchan por el poder y el control del territorio. Todos los grupos han violado los derechos de civiles inocentes. Según la UNICEF, alrededor de 5.000 personas mueren cada año, la mayoría de ellos son civiles. Desde 1985, más de 2 millones de personas – es decir, casi 1 colombiano de cada 20 – se han visto obligados a abandonar su hogar por la guerra.
Actualmente, el gobierno y los rebeldes están llevando a cabo conversaciones de paz, pero el reclutamiento de niños por parte de las FARC no parece detenerse. En la actualidad han sido insertados cerca de 500 niños en todo el país a través de los programas de rehabilitación similares a los desarrollados al del Instituto Salesiano de Cali; y si, como se espera, se llega a la paz, el número de niños que necesitarán este tipo de programas será aún mayor.
«Oremos para que llegue la paz», dice el padre Mark Hyde, director de la Procura Misionera Salesiana en New Rochelle, que sostiene – entre otras numerosas obras – también el centro de Cali. «Y cuando llegue la paz se requerirán más programas como este, los Salesianos estarán allí para cubrir esta necesidad.»