Don Bosco: El gran soñador

(ANS – Turín) – Don Bosco era un gran soñador. Soñó durante el día, con los ojos abiertos, como todos los profetas que ven a lo lejos y miran al futuro con esperanza. Y con el deseo de dar una mano a aquellos que se encuentran en su camino, especialmente a los jóvenes y a los que viven al margen de la sociedad, la familia, el trabajo y las relaciones humanas. Soñó por la noche en las pocas horas que le restaban después de un agotador día de trabajo.
Eran sueños especiales que tenían el tono de «visión», por ejemplo: El sueño de los nueve años en los que había vislumbrado su futura misión como sacerdote y educador. O como los cinco sueños de misionero, «visto» desde que tenía 57 años hasta casi el final de su vida. Sueños que se hicieron realidad con la ayuda de la Providencia, de sus Salesianos y de muchos benefactores que siempre han apoyado y siguen apoyando sus misiones.
Gracias a ellos el gran soñador sigue repitiendo lo que escribió a don Cagliero, jefe de la primera expedición misionera: «Haz lo que puedas, Dios hará lo que nosotros no podemos hacer». Confíen todo en Jesús en el Sacramento y en María Auxiliadora, y verán lo que son los milagros».
El 31 de enero en todas las casas salesianas esparcidas por los cinco continentes es un día de fiesta: se celebra a Don Bosco, su carisma y su santidad. En todos los oratorios y parroquias hay momentos de oración, reflexión y profundización, al estilo salesiano. Para la familia de Don Bosco, el 31 de enero y el 24 de mayo -Fiesta de María Auxiliadora- son los dos acontecimientos más importantes de la vida salesiana: representan el espíritu de identidad de la Congregación y los momentos en los que todos los miembros de la Familia Salesiana están llamados a hacer aún más vivas las ideas de un sacerdote que supo mirar a lo lejos, con previsión y concreción.
En estos años los misioneros salesianos han construido escuelas, han creado centros de formación profesional, han dado consuelo en los campos de refugiados, han puesto en marcha proyectos de promoción de la mujer, han ayudado a los jóvenes a salir de la vida de las calles, han acogido y curado a los enfermos. Nada de esto habría sucedido si no hubieran tenido la generosidad de tantos benefactores a su lado.
Fuente: Agenzia Info Salesiana