En medio de una gran alegría, la Basílica de María Auxiliadora de Lima se vistió de gala la noche del sábado 11 de diciembre donde amigos y familiares fueron testigos de la Ordenación Sacerdotal de los hermanos Ángel Luis Recuenco Quitorán y José Luis de la Cruz Coz.
La celebración fue presidida por Mons. Augusto Martín Quijano, Obispo del Vicariato Apostólico de Pucallpa, y concelebrada por el Padre Manuel Cayo sdb y los Salesianos de Don Bosco que llegaron a Lima para acompañar a sus hermanos en este día tan importante.
El latir juvenil salesiano estuvo presente en los jóvenes de las obras salesianas que participaron del momento, emocionados de ver a sus guías y maestros dar ese “sí” que confirma su misión entre ellos.
“Siento que mi historia personal también se ha encontrado en varios momentos con la historia personal de ustedes, Ángel y José Luis. Cuando miras tu historia con atención, se nota que esto es verdad, se nota la mano que elige y se nota la mano formadora de Dios”, comentó el Obispo de Pucallpa.
Pastores para los jóvenes
“Dios ahora los llama a estar con él, a darle la vida, a prestarle las manos y los dos lo hacen con alegría porque sienten su amor”, remarcó Mons. Quijano.
“Él los ha llamado entre todos sus discípulos el escoge a algunos para ejercer públicamente, en la Iglesia y en su nombre, la función sacerdotal. Son ahora llamados y enviados para el servicio de su pueblo y, como salesianos sacerdotes, especialmente a los jóvenes. Serán pastores como cristo, pastores para los jóvenes, que caminan con ellos… El sí es arriesgado, como el sí de María, como el sí de Don Bosco”, recalcó.
Los dos jóvenes Salesianos de Don Bosco escucharon con atención cada palabra que Mons. Martín Quijano les dedicó como maestro y amigo que los vio crecer dentro de la familia salesiana.
El “sí” al llamado de Dios
“Sí quiero hacerlo con la ayuda de Dios”, fue la respuesta de los hermanos para reafirmar su libre voluntad de ser consagrados presbíteros para la Iglesia y para los jóvenes. De rodillas ante el Obispo prometieron respeto y obediencia como símbolo del vínculo de comunión al sucesor de los Apóstoles.
Acto seguido, como un gesto de unidad, se dio la Imposición de manos por parte del Obispo y todos los Salesianos de Don Bosco presentes. De manos de sus familiares e impuestas por los presbíteros amigos, los hermanos Ángel y José recibieron la Estola Sacerdotal – símbolo del pastor que lleva a sus ovejas sobre sus hombros – y la Casulla que simboliza el yugo del Señor.
En medio de aplausos los recientes ordenados Sacerdotes recibieron el saludo de sus hermanos Presbíteros como gesto de unidad y recepción al ejercicio de su ministerio. Así como el abrazo incondicional de sus familiares.
Pastores con olor a oveja
Recordando el lema que lo acompañará en su vida sacerdotal “No he venido a ser servido, sino a servir”, el Padre José de la Cruz expresó su gratitud e inmensa alegría de sentirse acompañado por sus familiares y amigos en este nuevo camino.
“El camino que recorrí fue necesario para llegar al día de hoy, en el que descubrí que para llegar es preciso saber cómo y no solo conocer el camino. Cuento con cada uno de ustedes para seguir dando pasos, siempre hacia adelante, y para que mi lema siempre tenga vida, gracias”.
Con el mismo espíritu agradecido, el Padre Ángel Recuenco solo tuvo palabras de gratitud para sus amigos y familiares presentes:
“Hoy me siento muy agradecido en primer lugar con dios que nos llamó y nos eligió porque quiso y nos quiere pastores; Él nos puso en manos de maría y don Bosco para recorrer este camino con un estilo bien definido: el salesiano, que a la vez me demanda asumirlo desde mi propia identidad. Gracias a mis queridos jóvenes por poner cada uno lo suyo en el camino formativo que dios me ha regalado y aún me sigue trazando”, expresó con emoción.
La Inspectoría Salesiana Santa Rosa de Lima agradece a todos los que estuvieron esa noche, acompañando a sus hermanos en el inicio de este nuevo rumbo en sus vidas.
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