La del Padre Cosme Spessotto, que será proclamado Beato, es una vida dedicada a Dios y a la proclamación del Evangelio. Nacido el 28 de enero de 1923 en una familia numerosa de Mansuè, un pequeño pueblo de la provincia de Treviso, Italia, sintió desde muy joven la llamada del Señor en su corazón. A la edad de 12 años entró en el seminario franciscano. El 27 de junio de 1948, día en que se celebra la fiesta de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, fue ordenado sacerdote en la Basílica de Nuestra Señora de la Salud en Venecia. Confió su sacerdocio a María y expresó su deseo de irse como misionero a China. Pero la situación política se lo impidió y en 1950 navegó desde el puerto de Génova a El Salvador. Antes de llegar a este país centroamericano, en aquel entonces uno de los más pobres de la región, pasó 20 días marcados por la oración en compañía de otros misioneros, todos jóvenes, decididos a servir a Dios y a proclamar el Evangelio.
Asesinato el 14 de junio de 1980
Durante 27 años, hasta el martirio, fue párroco en Nonualco. Cuando llega a El Salvador, en este pueblo enclavado en las montañas, encuentra una pequeña iglesia hecha de ladrillos y paja. Hace construir la nueva iglesia y funda la escuela parroquial para más de mil niños. Organiza cursos de corte y costura para las mujeres del pueblo y visita a menudo los pueblos de los alrededores de su parroquia. Repite a todos que la vocación de todo cristiano es convertirse en santo. En esos años El Salvador, desgarrado por la guerra civil, es sacudido por la violencia. El Padre Cosme ayuda a todos indiscriminadamente e independientemente de su afiliación política. Se opone a todo intento de instrumentalización. Sus únicas referencias auténticas son el Evangelio y el prójimo necesitado de ayuda y de recibir la Palabra del Señor. No se dobla ante ninguna presión. Por ello, fue asesinado por dos sicarios el 14 de junio de 1980, el mismo año del martirio del entonces arzobispo de San Salvador, Monseñor Oscar Romero.
El martirio como don
El asesinato del Padre Cosme ocurrió unos minutos antes de la misa. Es un evento dramático que el misionero franciscano ya había previsto. «Tengo la sensación,» escribía el Padre Cosme unos días antes de morir, «de que de un momento a otro, personas fanáticas me quitarán la vida. «Que el Señor, en el momento oportuno, me conceda la fuerza para defender los derechos de Dios y de la Iglesia. Morir como mártir sería una gracia que no merezco. Lavar con la sangre derramada por la causa de Cristo todos mis pecados, defectos y debilidades de la vida pasada sería un don gratuito del Señor. Ya desde este momento, perdono y pido al Señor la conversión de los autores de mi muerte».
El párroco de Mansuè: Padre Cosme es un campeón de la fe
Tres amores «blancos» eran los centros esenciales de la vida del nuevo beato: la Eucaristía, la Inmaculada Virgen María y el Papa. En Vatican News el Don Ugo Cettolin, párroco de Mansuè – lugar de nacimiento del Padre Cosme Spessotto – nos recuerda al nuevo Beato y el dramático escenario en el que tuvo lugar el asesinato de 1980 en El Salvador:
Fuente: Vatican News