CIUDAD DEL VATICANO – Con una Plaza de San Pedro repleta por el Domingo de Ramos, el papa Francisco ignoró la homilía que tenía preparada e improvisó por completo, en un alejamiento notable de la práctica. Después, bajó del papamóvil para posar en «selfies» con jóvenes de la multitud.
En su homilía, Francisco pidió a las personas, incluido él mismo, mirar en el corazón para ver cómo están viviendo sus vidas.
«¿Mi vida se ha quedado dormida?», Francisco preguntó después de escuchar un relato evangélico de cómo los discípulos de Jesús se quedaron dormidos poco antes de ser traicionado por Judas antes de su crucifixión.
«¿Soy como Poncio Pilato, quien al ver que la situación es difícil, se lava las manos?».
El pontífice parecía cansado, pausando frecuentemente para recuperar el aliento, mientras habló unos 15 minutos por la misa del Domingo de Ramos, con la que inicia la Semana Santa católica.
Después de la ceremonia de más de dos horas, Francisco pareció recuperar el aliento. Charló amigablemente con los cardenales y posó para «selfies» con jóvenes de Río de Janeiro que llevaron una gran cruz a la plaza.
Apenas subía al papamóvil descapotable cuando vio a unos jóvenes polacos, quienes también querían tomarse una foto con el papa, y él bajó para complacerlos.
Unas 100.000 personas, entre romanos, turistas y peregrinos, tenían ramas de olivo en sus manos, hojas de palma u hojas trenzadas en forma de cruces que fueron bendecidas por Francisco al inicio de la ceremonia.
Francisco utilizó un báculo de madera tallada que le obsequiaron presos italianos. El pontífice quiere poner a los marginados en el centro de la atención de la iglesia.
El papa llevaba vestiduras rojas, simbolizando la sangre derramada por Jesús crucificado. Semana Santa culmina el próximo domingo con la misa de Pascua, también en la Plaza de San Pedro.
Fuente: El Nuevo Herald