“Hermanos menores, aprovechen al máximo lo que dan los padres salesianos. Yo crecí en la casa de Don Bosco Breña. Y lo digo con orgullo: Gracias, salesianos. ¡Soy un buen cristiano y honrado ciudadano!”. Lo escribió en Facebook Jaime Hualinga Nacort, nuevo Apu (líder amazónico) de Andoas, la capital petrolera del Perú.
Daba este consejo a los muchachos de la Casa Don Bosco de Breña –su ‘casita’ entre 2009 y 2014– al ver que recibían nuevas computadoras para mejorar su rendimiento escolar. Tenía 17 años, huérfano y al filo de la ley en Andoas, cuando llegó a Breña. “Era tan inquieto que me llamaban Tunche (el fantasma de la Amazonía). El padre Ricardo Lach (director de la casita) me cuidaba con enorme paciencia. ‘Hijo, cambia, cambia’, me decía cuando me portaba mal. Y lo logré”.
Recuerda con cariño su bautismo a los 20 años, en la basílica de María Auxiliadora, y los tres años de carrera como técnico automotor. Otros dos hermanos también vinieron a la casita: Harold se tituló en gastronomía y Marvin como técnico en administración.
La pandemia provocó el cambio de los Apus venerables (mayores de 50 años) por Daniel Hualinga (29 años). Fue elegido para conseguir la atención del Estado con sus conocimientos informáticos, que adquirió gracias a la insistencia del padre Lach.
Como Apu vela por 200 familias de su etnia Quichwa, otras 200 Achuar y 100 mestizas. “En Andoas queremos una presencia salesiana permanente. Don Bosco entendía a los jóvenes. Hay que hablar con ellos, participar con ellos, que vayan a misa para llevar por el buen camino a mis jóvenes”.
Escribe: José Cava
Editor del Boletín Salesiano del Perú
Texto del Boletín Salesiano de Perú