El Gobierno de España, a través de su embajador en Perú, Juan Carlos Sánchez Alonso, condecoró con la “Medalla de Plata al Mérito Social Penitenciario” al sacerdote P. Antonio Garciandía por su destacada labor como misionero, por su admirable entrega pastoral en las cárceles limeñas y por su incansable trabajo a favor de los más pobres del país para quienes ha construido 20 parroquias en sus 30 años de misionero en esta nación. La condecoración se realizó en la sede de la embajada española en Perú, en donde se agradeció al sacerdote que ya tiene más de 50 años de ordenado, su especial servicio en el penal del Callao Sarita Colonia y en el centro penitenciario Piedras Gordas de Lima. En el acto participó también el Obispo del Callao, Mons. José Luis del Palacio.
Con más de 30 años de labor pastoral misionera en el Perú, específicamente en las diócesis del Callao y en la Carabayllo, el P.Garciandia ha logrado construir 20 parroquias en las zonas más pobres de Lima y Callao, beneficiando a más de 300 mil habitantes.
Asimismo ha conseguido en los últimos meses que lleguen desde España más de 700 contenedores con una gran cantidad de materiales de construcción, camas, cortinas, cerámicas, etc. para ser distribuido entre los más pobres y para diversos proyectos pastorales y sociales.
El sacerdote ha bautizado aproximadamente a más de 13 mil personas y tiene a su cargo a más de 800 alumnos en su Centro de Enseñanzas Productivas donde, en ciclos de 3 años aprenden algún oficio. También atienden a más de 150 niños con discapacidad.
Su última iniciativa es un Centro de Formación Integral con escuela de PYMES (pequeñas y medianas empresas) para fomentar la creación de empleo entre los más necesitados.
Breve biografía
El P. Antonio Garciandia Gorriti nació el 14 de junio de 1932 en Azagra (Navarra) España. Desde niño su familia le transmitió la fe y el amor hacia Cristo, por lo que servir a Dios fue el regalo más importante de su vida.
Ya ordenado sacerdote en 1958 funda una Escuela Técnica Superior con los Salesianos de Zaragoza y construye un centro de estudios para 2000 alumnos en Cuenca (España), donde inicia una comunidad del Camino Neocatecumenal, la quinta en el mundo.
En el año 1976 es enviado a la Patagonia (Argentina) y luego en 1980 al Perú como sacerdote itinerante, con el apoyo del entonces Arzobispo de Lima, Cardenal Juan Landázuri Ricketts.
Ya establecido y tras predicar la palabra de Dios, ve conveniente el inicio de constituir oficialmente un templo de oración. Es así que con ayuda de los pobladores más pobres y olvidados de Ancón, Zapallal y algunos otros asentamientos humanos de la zona, logra levantar diversas parroquias como Cristo Camino Verdad y Vida, Sagrada Familia de Nazaret, San Luis Gonzaga y las Capillas de Santa Rosa Norte, Santa María, Sagrado Corazón de Jesús, Santa Cruz – Nuevo Progreso, San Miguel Arcángel, Virgen de Loreto, Monte Carmelo, Juan Pablo II, Nuevo Jerusalén; el Campamento Piedras Gordas y un Cementerio.
Con sus 82 años encima, el sacerdote recuerda que cuando llegó al país, “encontré al Perú hecho un caos económico, un verdadero desastre. No había alimento en la época del expresidente Belaúnde, pasamos al terrorismo con el primer gobierno de García, de ahí al ‘paquetazo’ con Fujimori y después, a tener la estabilidad que tanto necesitábamos”.
Hoy, señala una nota de la diócesis del Callao, desde la Parroquia Cristo Camino Verdad y Vida sigue predicando la palabra de Dios: “Mi mayor deseo es ver a estas personas llevar una vida digna y con un corazón henchido de amor hacia Jesucristo”, afirma.
Fuente: Aciprensa
