(ANS – Madrid) – El miércoles 6 de junio, la urna con la reliquia de San Juan Bosco atravesó el portón del colegio de Atocha, para comenzar oficialmente su recorrido por las obras salesianas de la Inspectoría de Madrid, que se prolongará hasta el próximo 24 de junio. En el recibimiento estaban presentes el Cardenal Antonio María Rouco Varela Arzobispo de Madrid y el padre Luis Onrubia Inspector de Madrid.
Desde las 10 de la mañana, más de 1.500 alumnos del colegio salesiano de Atocha, acompañados por sus profesores y por los salesianos de la comunidad, llenaban el patio disfrutando de un día de fiesta especial que recreaba, con sorprendente fidelidad, el ambiente del primitivo Oratorio de Valdocco. Una marea de pañuelos blancos, amarillos, verdes y naranjas se agitaban al viento, en el momento en que el Cardenal Arzobispo de Madrid, Don Antonio María Rouco Varela, entraba en el patio saludando personalmente a los más pequeños. En el aire, se sentía la inquieta expectación de la multitud congregada y los mucachos gritaban ilusionados “¡Bienvenido a casa!, cuando, puntual como un reloj, se abría el portón de la calle Sebastián Elcano y entraba Don Bosco a encontrarse con sus muchachos de Atocha.
Acompañado por los acordes de la Agrupación Musical Jesús de Medinaceli, de Alcalá de Henares –que contaba también con jovencísimos músicos- la efigie de Don Bosco recorría el patio hasta llegar a los pies del escenario, donde fue recibido por el Cardenal Rouco, el director de la casa de Atocha, don Manuel Aparicio, y el Inspector de Madrid, Don Luis Onrubia, entre otras autoridades. Precisamente éste último fue quien abría el acto, recordando la multitud de jóvenes reunida en este mismo patio el pasado verano, durante la JMJ. “Entonces vino tu sucesor, Don Pascual, pero hoy de verdad estás aquí y nos invitas a colaborar contigo y a ser santos”, decía.
Fueron muy emotivos los testimonios presentados por dos alumnas de secundaria. Por último, el Arzobispo de Madrid, daba la bienvenida a la Reliquia en nombre de toda la Iglesia diocesana y se dirigía a los muchachos con estas palabras: “La Iglesia en Madrid se siente gozosa, porque Don Bosco fue un gran amigo de Jesús y, por eso, fue también un gran amigo de los niños y de los jóvenes”. “La presencia de la Reliquia –añadía- es como si os dijese: «Yo estoy en el Cielo y me siento a gusto en mi casa de Madrid»”. Para concluir, Mons. Antonio decía: “Toda la Iglesia de Madrid se va a sentir animada a conocer más a Don Bosco. ¡Bienvenido, Don Bosco, a casa!”.
Acto seguido, grandes y pequeños se ponían en marcha, comenzando una breve procesión por la calle Marqués hasta el santuario, donde tuvo lugar la Liturgia de la Palabra, presidida por el Cardenal. En su homilía, destacaba la necesidad de la luz para conocer a las personas, y como la Palabra de Dios era, en este caso, la luz para conocer mejor a Don Bosco: “Él fue, sobre todo, el pastor de los niños y los jóvenes, y quería acercarlos a Jesús porque sabía que sólo Él puede hacerlos felices”.
La celebración concluía con la bendición del Cardenal sobre los presentes, a quien los niños del colegio regalaron una imagen de San Juan Bosco como recuerdo de este día. Una vez más, la presencia de Don Bosco entre los jóvenes ha logrado el milagro de la alegría, de la fraternidad y de la fe.