Los Salesianos recibieron el Decreto Pontificio de Alabanza en 1864 y sus Constituciones fueron aprobadas por la Santa Sede en 1874. Desde su creación, se han dedicado especialmente a la educación cristiana de la juventud en escuelas, oratorios, parroquias, centros de formación agrícola y profesional, pero también al apostolado de la prensa y a las misiones. La primera petición para el apostolado misionero vino de Argentina, para la evangelización de la Patagonia.
Don Bosco fue el inspirador de un vasto movimiento de personas que, de manera diferente, trabajan por el bien de la juventud. El mismo fundó no sólo la Sociedad de San Francisco de Sales (Salesianos de Don Bosco), sino también el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora y la Asociación de los Cooperadores Salesianos.
Juntos, éstos y otros que han tenido su origen en diferentes partes del mundo, la Familia Salesiana cuenta hoy con 32 grupos, oficialmente reconocidos, que arrojan un número total de 402.500 miembros.
Estos grupos viven en comunión recíproca, participan del mismo espíritu y, aún siendo vocaciones específicamente distintas, continúan la misión que él comenzó.
El carisma de Don Bosco sigue siendo fuente de inspiración para personas de buena voluntad. Existen en la actualidad otros 30 grupos deseosos de convertirse en miembros de la Familia Salesiana.