La identidad de los Salesianos CDB laicos y consagrados se puede resumir en tres palabras: secularidad, consagración y salesianidad. Para cada voluntario, el camino de la vida es un camino de santidad: una santidad sencilla y concreta, construida mediante la adhesión a la voluntad de Dios en medio de los sufrimientos y las dificultades de la vida cotidiana. La pequeña semilla de 1994 se ha extendido ahora a 26 naciones diferentes en cuatro continentes.
El artículo 15 de la Carta de Identidad de la Familia Salesiana recuerda que los miembros de los Institutos Seculares «realizan un apostolado salesiano de tipo secular en el contexto de la familia, del mundo del trabajo, de las relaciones sociales y de los compromisos civiles», conscientes de que cada uno «es un enviado, llamado por tanto a realizar la misión común según el papel que le ha sido confiado y según las capacidades y posibilidades que le son propias».
Nos gusta redescubrir los rasgos peculiares de nuestra vocación definidos en los artículos del tercer capítulo de la Carta de Identidad de la Familia Salesiana: el amor a Dios nos impulsa a colaborar con Dios Padre, a vivir los sentimientos de Cristo, a ser dóciles al Espíritu; el amor al mundo nos ayuda a vivir, en comunión con la misión de la Iglesia, la espiritualidad de la vida cotidiana, a hacer nuestra la «contemplación operante» de Don Bosco, a vivir todas las relaciones humanas con una caridad pastoral dinámica.
Nuestra vocación nos impulsa hacia las clases populares y hacia los jóvenes con esa predilección que era propia de nuestro Padre común: tantos de nosotros trabajamos en contextos «difíciles» para transformarlos desde dentro con actitudes de amabilidad salesiana, siempre abiertos al optimismo y a la esperanza.
En marzo de 2012 se inició la Causa de Beatificación de un Voluntario CDB, Nino Baglieri (1951-2007), que durante 39 años vivió la llamada a la santidad en condiciones de especial sufrimiento por la enfermedad, dedicándose con serenidad al apostolado y al testimonio. de un hombre redimido y amado por el Señor.