BUENOS AIRES (ACI/EWTN Noticias).- La Pastoral de Drogadependencias de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), pidió a los legisladores reflexionar sobre las consecuencias que tendrá despenalizar las drogas para uso personal para no abandonar al adicto.
Este miércoles se iniciará en la Cámara Baja la discusión sobre el proyecto para despenalizar la tenencia de drogas para uso personal y el autocultivo. El texto es apoyado tanto por diputados oficialistas como opositores. Según sus defensores, se busca no criminalizar al consumidor y concentrar la lucha contra el narcotráfico. También se reducirían las penas para el contrabando, lo que permitiría la excarcelación de las conocidas «mulas».
Sin embargo, la pastoral de la CEA advirtió que, como ya ocurrió en otros países, esto favorecería el incremento de las facilidades y oportunidades para obtener estas sustancias y por lo tanto aumentar de esa manera el consumo, más que disminuirlo.
«Vemos la buena intención de los que buscan no criminalizar al adicto, es una locura criminalizar la enfermedad. Pero intentemos pararnos desde la perspectiva de las familias más vulnerables», señaló citando un documento publicado en el 2009 por el Equipo de Sacerdotes para las Villas de Emergencia de la Arquidiócesis de Buenos Aires.
«Sin un buen sistema de salud, sin políticas fuertes de prevención, sin un sistema educativo realmente inclusivo y eficiente, el único encuentro del adicto y su familia que pide ayuda con el Estado es la justicia. Despenalizar en estas condiciones es dejar abandonado al adicto, no hacerse cargo de su derecho a la salud», añadió.
Recordó que una persona adicta busca cualquier medio para obtener la droga, por lo que «el próximo encuentro entre el Estado y el adicto ya no será en la enfermedad, sino en el delito que a veces nace de ella. (…) Usando una imagen podríamos decir entonces que la discusión sobre la despenalización corresponde a los últimos capítulos del libro y no a los primeros».
En ese sentido, recordó que las políticas deben desalentar el consumo de drogas y no promoverlo, porque «debemos saber que las leyes cumplen una función pedagógica. ¿Qué enseñanza nos deja darle a las drogas un reconocimiento legal?»
Asimismo, llamó a «redoblar esfuerzos para combatir las redes mafiosas de los mercaderes de la muerte. No hay que darle espacio al narco-negocio», así como combatir la corrupción que alienta el crecimiento del narcotráfico.
«Pero recordando siempre que en el centro del problema está el hombre y sus vínculos. El hombre que necesita encontrar un verdadero sentido a su vida y poder vivirla dignamente con la libertad de los hijos de Dios», finalizó.
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