El padre Sathiaseelan vive en el poblado gitano que han construido los Salesianos de Tamil Nadu. Gracias a ellos, la población gitana hace tiempo que tiene un techo, agua y una escuela para sus hijos. Antes no tenían nada. El nombre del padre Sathia recuerda a la palabra “verdad” (Satya), que Gandhi fusionó con la palabra “firmeza” (agraha) para denominar su lucha no-violenta.
Cantando, como siempre, el salesiano anima a los niños a conseguir un ritmo entre todos, palmeando. Les regala caramelos y se monta en el coche -en otras ocasiones es la bici su medio de transporte preferido- sin haber contado a ninguno de ellos que hoy es su cumpleaños. Sin necesitar siquiera el estrecho protagonismo de una felicitación.
Y es que, si el cumpleaños es un día para recibir lo deseado, el padre Sathia lo pasa dando a los demás lo que desean. Sirviendo en cada gesto, es una de esas personas que aprovecha cada ocasión en que tiene algo en la mano para ofrecérselo a quien esté en ese momento a su lado, según constata Lucía López Alonso, antigua alumna de los Salesianos en España y que cuenta su viaje en Religión Digital.
El día de su cumpleaños se ha levantado tan temprano como siempre, porque en el Sur de la India el sol sale antes de las seis de la mañana y los Salesianos son sus fieles seguidores. Comenzó el día orando en la pequeña capilla de su comunidad.
“Celebrate the moment”, dicen los carteles. Y eso es lo que hacen los tamiles: sacralizar cada momento
con la alegría y rezarlo a través
de la absoluta presencia de la palabra “gracias” en sus vidas.
Por eso la puerta de la capillita, que es toda de cristal, está tan manchada de huellas. Porque lo sagrado hay que tocarlo. Las vacas pasean libremente por la India precisamente porque lo sagrado hay que tocarlo en vez de encerrarlo en remotos artefactos.
En el desayuno encontró que en el corcho del comedor los chicos le habían preparado un collage de felicitación: fotos, flores de papel y globos le van a sonreír durante todo el día. «Special for us». Y es que el padre Sathia no vive solamente con otros religiosos: su hogar es también el hogar de muchos chavales que estudian en el Pollytechnical C